NOTICIAS EL SEMANAL DE PENÉLOPE

2017-05-15_17.52.10
NOTICIAS EL SEMANAL DE PENÉLOPE

 

MATAR BACTERIAS A DRAGONAZOS

El dragón de Komodo es el reptil más grande del planeta. Puede alcanzar los tres metros de longitud y pesar 90 kg. Aunque no echa fuego por la boca, en ella reside su arma más mortal: su saliva, repleta de bacterias que habitan en las aguas contaminadas en las que se alimenta y con las que envenena a sus presas. De manera que estas, antes o después, caen  fulminadas; ese es el momento que aprovecha para devorarlas sin piedad. Sin embargo, esta estrategia no vale con sus propios congéneres, que son inmunes a su propio veneno.
¿Por qué? Según un estudio de la Universidad George Mason de Virginia, en EE.UU., el secreto está en su sangre, que contiene una sustancias denominadas péptidos antimicrobiales, desconocidas hasta ahora, capaces de acabar con la infección. Estas sustancias podrían ser de gran utilidad para acabar con las bacterias resistentes que hemos desarrollado los humanos a causa del mal uso de los antibióticos.

  SALIVA CURATIVA

El investigación se comprobó que el antibiótico natural de este saurópsido es muy eficaz frente a dos de las bacterias más resistentes en humanos.
Se tomaron 8 pequeños fragmentos de proteínas del sistema inmunitario presentes en la saliva de los reptiles (H, R, C¹²,  NHs COO)
Siete de esos fragmentos resultaron eficaces para acabar con dos tipos de bacterias: Pseudomonas aeruginosa y Staphylococcus aureus

Fuente: Journal of Proteome Research
LOS PÁJAROSEMPEZARON POR CONSTRUIR NIDOS ABOVEDADOS ANTES QUE LOS DE FORMA EN COPA 

Lo primero fue la forma de los nidos bóveda. ¿A diferencia de la antigua adivinanza del huevo o la gallina?. Un reciente estudio plantea que el familiar nido abierto en forma de copa o cuenco que con confecciona casi tres cuartas partes de los pájaros paseriformes (aves canoras) es una modificación de nidos más o menos esféricos que hoy solo construye un reducido número de ellos.
La mayoría de los biólogos teorizado que la forma del nido evolucionó en sentido inverso, el cuenco a la bóveda. Pero, hace poco, un grupo de investigadores a sometido a prueba esa hipótesis al superponer los datos de las estructuras de los nidos sobre tres arboles filogenéticos, concebidos para representar los lazos evolutivos entre 281 paseriformes de Australia.
El equipo reparó en que las especies pertenecientes aciertos linajes primitivos, cómo las aves-lira (Menuridae), los matorraleros (Atrichornithidae) y los acantisitas (Acanthisittidae), aún construían nidos con techo, dato que sugiere que los ancestros de los paseriformes fabricaban nidos abovedados. Un análisis estadístico de la probabilidad de que determinadas configuraciones de nido se originaran en tiempos remotos confirmó la corazonada: la forma abovedada apareció primero.
También se ha constatado que la fabricación del nido en forma de cuenco surgió en repetidas ocasiones y en diferentes linajes; 187 de las especies estudiadas lo construyen en la actualidad. Los resultados se detallaron en febrero de 2017.
La forma abierta ofrece ciertas ventajas, como la sencillez de la construcción o la rápida huida en caso de peligro. Cierto es que la mayoría de nosotros hemos supuesto que el nido techado es un refinamiento de nido del nido en copa en parte porque el primero resulta infrecuente en la actualidad, afirma j. Jordan Prince, profesor de biología en el Colegio St. Mary de Maryland. <<Es un buen ejemplo de que la prevalencia actual de cierto rasgo no refleja necesariamente el orden de los acontecimientos a lo largo de la historia evolutiva.>>
Los hallazgos podrían poner al día el estudio de la evolución del nido, asegura Gavin Leighton, biólogo evolutivo de Laboratorio de Ornitología the Cornell, ajeno al estudio. <<Creo que cada vez habrá más interés por determinar los escenarios ecológicos que condicionan cada tipo de nido>>. Parece que no pueden ponerse todos los nidos en una misma caja.
Fuente: Kat Long, Proceedings of the Royal Society B.

Etiqueta: Energía
HIDRÓGENO VERDE

Un avance reciente acerca la posibilidad de fabricar combustible de hidrógeno a partir de la luz solar

El hidrógeno se usa en la actualidad para refinar petróleo y para sintetizar amoníaco, un compuesto fundamental de los abonos agrícolas modernos. Podría también emplearse para generar energía limpia y como ingrediente de pilas de combustible para automóviles y camiones. Sin embargo, este elemento suele obtenerse a partir de gas natural calentado por vapor, un proceso que causa la emisión de gases de efecto invernadero y otros problemas ambientales. Por ello, hace tiempo que los científicos intentan reemplazar la ficha técnica por una basada en una fuente de energía renovable. Esta línea es un avance.
El nuevo método se basa en un dispositivo fotoelectroquímico, un tipo de célula solar capaz de disociar las moléculas de agua con mayor eficiencia que otros procedimientos. Los expertos llevan largo tiempo buscando uno que además, sea suficientemente duradero para resultar rentable. Un avance clave llegó hace 18 años, cuando John Turner, de Laboratorio Nacional de energía renovables de EE.UU., concibió un dispositivo formado por capas de arseniuro de galio y fosfuro de galio e indio, dos semiconductores que destacan por su rendimiento a la hora de convertir la luz solar en electricidad. Hasta 2015, el diseño de Turner mantuvo el récord de eficiencia en la conversión de energía solar en hidrógeno, pero la solución ácida a la que estaba expuesta la célula, la bañaba con rapidez, lo que encarecía de sobremanera el hidrógeno producido.
En el nuevo trabajo, un grupo de investigadores dirigido por el químico Jing Gu, de la Universidad Estatal de San Diego, añadió recubrimientos a las capas semiconductoras para impedir la corrosion acida. Cuyo resultado, esa protección alargó de manera considerable la vida útil del diseño de Turner y permite obtener un dispositivo foto electroquímico que conservaba el 80% de su capacidad en las pruebas de durabilidad. Puede que aún queda un largo camino para alcanzar la <<economía del hidrógeno para propulsar vehículos y calentar casas, pero este nuevo logro de la ingeniería hace que ese horizonte lo tengamos cada vez más accesible.

DELTA V

PROYECTO VESTA:  LA URSS Y FRANCIA ESTUDIANDO ASTEROIDES

Durante los años 80 varias agencias espaciales propusieron lanzar sondas espaciales con el fin de estudiar cometas y asteroides aprovechando el renovado interés hacia estos cuerpos menores que había causado la visita del cometa Halley y el éxito de la flotilla Internacional de sondas que se lanzó para investigarlo.

La Unión Soviética comenzó a estudiar la posibilidad de realizar una misión a un asteroide bastante tarde a raíz del desarrollo del proyecto VEGA __, <<Venus-Halley>> en ruso).– en el marco de este programa, la URSS lanzó dos naves que estudiaron Venus y el cometa Halley. Aunque suele considerarse a VEGA cómo una simple extensión del programa de sondas Venera para el estudio de Venus (los vehículos eran idénticos), la verdad es que para la URSS este proyecto fue un punto y aparte en muchos aspectos. Por un lado, VEGA fue la primera misión soviética que usó maniobras de asistencia gravitatoria para visitar otros mundos (el cometa oficina de diseño NPO Lávochkin se mostraron confiados en poder llevar a cabo todo tipo de ambiciosas misiones a través del Sistema Solar.
Y luego, poco después del lanzamiento de Vega, la URSS anunció en 1.985 su intención de lanzar misiones no tripuladas a los asteroides con participación internacional dentro del programa InterKosmos. La misión recibiría el nombre de proyecto Vesta (VEnera- ASTeroidi, <<Venus-Asteroides>>), ya que se contemplaba un sobrevuelo de Venus para poder alcanzar varios cuerpos menores. A pesar de su denominación, el asteroide 4 Vesta no se encontraba entre los objetivos prioritarios del proyecto.
La misión incluía dos naves, una soviética y otra francesa, con una masa total de cinco toneladas que serían lanzadas mediante un cohete Protón rumbo a Venus en 1991-1992. Al sobrevolar Venus,  la nave soviética soltaría una sonda de superficie con varios globos aerostáticos -de modo similar a la misión VEGA- para dirigirse después al cinturón de asteroides con el fin de observar en 1993 un asteroide
de tipo Amor o Apollo. El objetivo principal era el asteroide Anteros (con un diámetro de 2,5 km), al que se acercaría a una distancia mínima de 1000 km a una velocidad relativa de 7 u 8 km/s. El diseño de la sonda soviética sería distinto al de VEGA y emplearía la misma plataforma universal UMVL de las malogradas sondas marcianas Fobos 1 y Fobos 2. Aunque en un principio se pensó lanzar dos naves francesas y dos rusas en dos lanzamientos, las restricciones presupuestarias pronto provocaron que se descartase esta idea.
La nave francesa también pasaría por Venus, pero posteriormente sobre volaría la tierra para cambiar su trayectoria otra vez y poder llevar así hasta tres asteroides del cinturón principal en el período 1994-1996. Entre los asteroides a estudiar estaban 1335 Demoulina y 187 Lamberta, pero también se contempló la posibilidad de efectuar un encuentro con algún cometa (el 22P/Kopff o el 78P/Gehrels) aprovechando la trayectoria de los vehículos. La sonda sobrevolaría estos objetivos a una distancia de 500-1000 km y a una velocidad de 4-12 km/s.

 

HAZ ARTE CON UN ASTRONAUTA

El italiano Paolo Nespoli iniciará el 29 de mayo su misión VITA a bordo de la Estación Espacial Internacional. Entre otras muchas tareas. Aprovechar a su privilegiada perpectiva para tomar espectaculares fotos, que tú podrás modificar para convertirlas en una auténtica obra de arte. La aplicación móvil Spac3. desarrollada por las agencias espaciales europea e italiana (ESA e ISA) y que se activará ese mismo día, te permitirá trabajar con ellas y con tus propias imágenes para crear temas inspirados en los objetivos de desarrollo sostenible establecidos por Naciones Unidas. En un segundo paso, esas creaciones se incluirán en una obra de arte interactivo del artista italiano Michelangelo Pistoletto.
Los productos de la app se integrarán en su símbolo del Tercer Paraíso, una reformulacion del signo del infinito que se ha incluido también en el logo oficial de la misión del astronauta Nespoli.

EXPERIMENTO ESPAÑOL
¿A MARTE, A LA LUNA?

Los jóvenes investigadores españoles Gonzalo Moncada, Julián Serrano y José María Ortega estudian cómo influye la gravedad en la germinación de las plantas. Y quieren comprobarlo en la Luna.
Lo harán sí su prototipo de invernadero resulta elegido como el único experimento científico que viajará a bordo de la sonda india HHKI dentro de la competición Google Lunar X Prize. En estos momentos, ya se encuentran entre los 15 finalistas seleccionados entre 3400 solicitudes. En la probeta que llevar a las semillas, un sistema de sensores detectará el momento adecuado para dejar caer la mezcla de agua y tierra que propiciará la germinación.
Unos ledes harán las veces del Sol y CO2, temperatura y humedad se medirán constantemente. El prototipo tiene el tamaño de una lata de refresco.
Fuente: Green Moon project

¿DE VERDAD SE PUEDE CURAR LA TOSFERINA VOLANDO EN AVIONETA?

El proceso se hizo popular en el siglo pasado, antes de que hubiera vacuna, y consiste en montar al enfermo en una avioneta hasta unos 3.000 metros y descender lo más rápido posible. Gozó de aceptación porque la experiencia mostró a los médicos que, en muchos casos, sí aliviaba la dolencia.
Y funcionaba especialmente bien cuando el paciente era un niño.
No se conoce el mecanismo que hay detrás de este remedio pero se piensa que coma al tratarse de vuelos en los que la cabina no está presurizada, los bronquios de los pacientes se abren y que eso atenúa los síntomas característicos de la enfermedad.
Fuente: Alba Martín

¿CUÁNTAS PERSONAS PROFESAN LA RELIGIÓN MUSULMANA?

Una organización sin ánimo de lucro dedicada a la investigación sociodemográfica, los datos de 2010 suman 1.600 millones de musulmanes en todo el mundo. La cifra equivale a alrededor del 23% de todos los seres humanos. La mayoría de ellos viven en la zona de Asia-Pacífico (62%), en países como Indonesia, Bangladesh e Irán.
Es la segunda religión por número de fieles, tras el cristianismo, pero también es la que más crecimiento muestra. La entidad calcula que el Islam se convertirá en la religión más seguida al final de este siglo.
Fuente: Pew Research Center

¿EL EXTRACTO DE VAINILLA SE EXTRAE DE UNA PLANTA DISTINTA?

No es así en el caso del extracto natural; el problema es que obtenerlo requiere un proceso muy laborioso.
Por eso se han buscado atajos para sintetizar la molécula responsable de su aroma característico, la vainilla.
La materia prima más económica para sintetizarla es el fenol, un compuesto derivado del petróleo. También se puede obtener vainilla a partir del eugenol, que se haya en el clavo, la nuez moscada y la canela, y partiendo del guayacol, que se aísla de la brea del Pino. Eso sí, la vainilla contiene unos 200 compuestos que pueden aportar matices, razón de peso para considerar el extracto natural de vainilla como de una calidad considerablemente superior.
Fuente: Pedro Román

¿A QUÉ LLAMAN LOS CIENTÍFICOS HOLOBIONTE?

Según numerosas investigaciones, que se han llevado a cabo fundamentalmente en los últimos años, tanto las bacterias como los hongos y otros microorganismos no solo influyen en las funciones fisiológicas de los seres vivos sino que también modifican su conducta. La observación ha llevado a los científicos a pensar que el conjunto que forman un organismo hospedador y todo su microbioma (los microbios que viven en dicho organismo) debería ser considerado una única unidad ecológica. Esta unidad se llama holobionte, un término que se aplica indistintamente a los animales y a las plantas.

¿ES LO MISMO CRIMEN Y DELITO?

No, aunque pueden usarse como sinónimos, hay matices que los distinguen. El delito es una acción ilícita, castigada, que daña a alguien con o sin intención.
La palabra crimen se reserva para delitos especialmente graves o que derivan de intenciones claramente facinerosas.
Fuente: Jesús Iglesias

¿QUÉ ES EL FACTOR G DE LA INTELIGENCIA?

El psicólogo Charles Sperman definir la inteligencia como la suma de dos componentes: el factor G y el factor S. El factor S la mide en situaciones específicas, mientras que el factor G resume la capacidad intelectual que se despliega en cualquier escenario.
Fuente: Dani Montero

¿QUÉ DIFERENCIA UN EMOTICONO DE UN EMOJI?

Los emoticonos son símbolos de teclado que representan una expresión que, a su vez, refleja una emoción. Los emojis son dibujos de cualquier cosa.
Ya son casi sinónimos porque muchas aplicaciones convierten solas los emoticonos en emojis.
Fuente: Regina montes

¿PARA QUÉ SIRVEN LOS BANCOS DE DIENTES DE LECHE?

Los dientes de leche son una fuente de células madre muy interesante debido a que la pulpa dental -el tejido que está dentro del diente- es muy accesible.
Y parece que el hecho de que este tipo de dientes sea inmaduro facilita el trabajo de conseguir que las células madre se conviertan en otro tipo de célula especializada en funcionar en otra región del cuerpo humano.
Estos bancos extraen y custodian células dentales por si su dueño, en el futuro, necesita someterse a una terapia genética. La ventaja del sistema está en que emplear sus propias células minimiza las posibilidades de rechazo en un tratamiento.

APLICACIONES MILAGROSAS

Cuando navegas por Internet desde el móvil, es frecuente encontrarte con ventanas que informan de situaciones como que tú dispositivo no está funcionando de manera óptima, que está infectado por malware, que tiene problemas en la batería o cualquier otra situación alarmante cuyo objetivo es confundirte. Es lo que se conoce como scareware.
No se trata de un engaño nuevo, pero con el auge de los dispositivos móviles el scareware ha evolucionado y sus mensajes se han ido adaptando. Junto a estos mensajes se utilizan técnicas de ingeniería social como un contador de tiempo, mostrar la marca y modelo del dispositivo que estás utilizando o hacer que vibre el smartphone.
Si caes en este tipo de engaños, generalmente se abrirá la tienda de aplicaciones de tu terminal, mostrando una app que promete solucionar todos tus problemas de seguridad o rendimiento, dejándolo incluso mejor que cuando era nuevo. El peligro no es solo el pago de su coste, sino que además puede recolectar información personal, instalar aplicaciones alternativas, suscribirte a servicios de tarifación especial o instalar malware.
En caso de haber instalado uno de estos falsos optimizadores, desinstálalo y notificarlo a tu tienda de aplicaciones.
Las app milagrosas que te ofrecen optimizar el teléfono sí que realizan un gran número de tareas pero casi ninguna de las que prometieron a los usuarios. Si eres engañado es porque no utilizas tu sentido común.
Hay que ser precavidos con las aplicaciones milagro y los falsos optimizadores, pues son herramientas basadas en el engaño.
Fuente: Oficina de Seguridad internauta Gobierno de España, www.osi.es

IPHONE CUMPLE SU PRIMERA DÉCADA

MARZO 2017 IPHONE CUMPLE UNA DÉCADA
El dispositivo más revolucionario de los últimos 25 años, inventado por el maldito y bendito Jobs

Ángel y Diablo


APPLE presentó hace diez años su primer IPHONE, el dispositivo más revolucionario de los últimos 25 años, un artilugio que ha transformado la economía digital y ha convertido al hombre en un animal más conectado pero menos social

Maldito y Bendito Jobs

El clima era propicio. Los Fanboys de Apple aguardaban como agua de mayo uno de los hachazos de Steve Jobs, otro touchdown en el casillero de la compañía más coll del planeta. Igual que los más devotos coleccionan estampitas de Santos, los amantes de la tecnología alternativa recordaban aquel primer Macintosh comercializado en 1984 y aquel primer iPod de 2001, dos dispositivos que desmontaron los cánones clásicos de la industria informática y musical. Sí, el 9 de enero de 2007 los medios bullían ante la gloriosa perspectiva de un tercer asalto a los cielos, el público apretujado en el Moscone Centre de San Francisco preparando sus aullidos y Jobs, efectivamente, afilando la katana y subiendo al escenario consciente de su inmenso poder de seducción y de los aplausos que recibiría en adelante. «Durante 2 años y medio he deseado fervientemente que llegase este día», arrancó antes de deslizar el As bajo la manga: un iPod de pantalla táctil, un teléfono móvil revolucionario y un salto cualitativo en la comunicación por Internet, todo concentrado en un único artilugio, igual que un Kinder Sorpresa de bit y el chip.
Los alaridos no sé hicieron esperar. Aquello parecía un partido de la final de la Eurocopa.  No es que no existiesen teléfonos inteligentes, es que la inteligencia de los que había eran bastante tonta. Nokia, Motorola, Blackberry y Palm ofrecían al consumidor hormigón con teclados físicos, ineptos interfaces, escasa resolución y pantallas encanijadas. Y entonces llega Jobs y se saca de la manga un panel de 3,5 pulgadas (una barbaridad para la época), una cámara de fotos de dos megapíxeles, un elemento con 11,6 milímetros de grosor, un solo botón frontal, sincronización con iTunes al cargar el aparato y la posibilidad de navegar por la red a través de Safari (aunque con la tecnología GSM que ya había estrenado un dinosaurio como el Nokia 1011).
Pero la auténtica bestia feroz, la máquina reproductora qué haría de Apple la multinacional más jugosa del planeta (nadie ha superado aún los 18.000 millones de dólares de beneficio cosechados en un solo trimestre) se escondía tras el concepto de la app o aplicación, maná que triplicar y a su éxito a partir del iPhone 3G (julio de 2008) con la introducción de la Apple Store,  cuyos efectos colaterales son tangibles hoy: las redes sociales caben en el bolsillo del pantalón en la misma medida en que caben los periódicos, los libros, las películas, los navegadores GPS, los juegos y hasta las tablas de ejercicios de Tai Taichí. Apple creó la pesadilla maravilla del allways on.

Dos por uno 
El informático Alan Kay afirmó en 1977 que las organizaciones que de verdad apostarse por el software debían fabricar su propio hardware, y eso es lo que hicieron en Cupertino. Designed in California, assembled in China.
Era una forma de optimizar el rendimiento con especificaciones que solo muchos años después superaría la competencia. Jobs sabía, además, que la clave pasaba por crear un ecosistema sin perder el control económico y conceptual, y la Apple Store, a diferencia de Google Play, jugó y juega ese papel de exigente cribador y recaudador. Es más, el primer iPhone integraba el mismo sistema operativo que funcionaba en algunos de sus ordenadores Mac, y eso significaba más seguridad, mayor potencia gráfica, la opción de reproducir vídeos y la bendición de la eficiencia energética; incluía un sensor de proximidad y otro de luz (para adaptar el brillo de la pantalla al entorno) y disponía hasta de un acelerómetro. El precio del modelo superior (8GB) se situaba en los 600 $. Compararlo con sus rivales era como comparar un Ferrari y un patinete.
Nadie supo medir el impacto del desembarco de Apple. Steve Ballmer, a la sazón CEO de Microsoft, se quedó muy aliviado y orgulloso; como un pavo real exponiendo sus herramientas de seducción después de pronosticar que Jobs no lograría con su teléfono más que los excrementos del pavito-pavo. En realidad, cada modelo vendido más que el anterior en la secuencia 2007-2015. Apple rebaso el 16% de cuota de mercado a nivel mundial en 2015 y ya había superado otra cifra escandalosa en 2016: más de 1.000 millones de teléfonos vendidos en todo el planeta. Jobs, el de los excrementos, se conformaba con el 1% del pastel, o eso dijo al principio, pero afortunadamente fue testigo del grueso de la expansión, pues él mismo presentaría en octubre de 2011 el iPhone 4S poco antes de fallecer.

APPLE REINVENTÓ CON SUS PRODUCTOS TRES INDUSTRIAS PODEROSAS: LA INFORMÁTICA, LA MUSICAL Y LA TELEFÓNICA
Mientras tanto se cocinaba la reacción de los dragones asiáticos, con Samsung a la cabeza y la aparición más reciente de Huawei. Todos han copiado y a veces mejorado muchas de las virtudes del rey de Apple hasta el punto de que la tostada se tuesta hoy del otro lado: los beneficios no son los que eran porque esa igualdad ha sepultado el factor diferencial de la manzana, que afronta actualmente el dilema de apostar por otra disrupción (vete tú a saber cuál) o reforzar su división de servicios (Apple Pay, iGloud), entre los que en un futuro no muy lejano cabrán aspectos tan peregrinos como el bancario (es lo que quizás haga Facebook en breve). Masa crítica no le falta: con 700 millones de usuarios activos, muchos de ellos incondicionales, toda sugerencia contará cuando menos con la carga de prestigio asociada a la marca.

La potencia del cambio.
Apple, en cualquier caso, transformó con su iPhone la sociedad profundizando en conceptos tan rumbosos como la globalización, el do it yourself (grabarte y aparecer en Youtube perorando sobre los mochuelos), la portabilidad extrema (hay quien trabaja desde su phablet cuando no le queda más remedio) y la hiperconectividad con familiares, colegas y enemigos.
Potencio también el universo Startup a través de las apps (Wallapop es una plataforma ideada para el smartphone, por citar un caso español), generando indirectamente miles de puestos de trabajo y apuntalando el rol de Silicon Valley como emporio de la creatividad tecnológica; enseñó a muchas empresas el camino para monetizar su producto en el entorno digital y habituó al usuario a la velocidad, la comodidad y la eficiencia, a las fotos HDR, el vídeo de alta resolución, al podómetro, a Facetime, a los buscadores supersónicos de vuelos (Skyscanner), a encontrar en dos minutos tropecientos restaurantes cercanos avalados por otros clientes (Tripadvisor) y a la endiablada celda de WhatsApp, con sus grupos de madres y de amigos del toreo, el double check y los mensajes de voz.
A Steve Jobs habría que ponerle un monumento en la plaza del ayuntamiento, una soga y a la vez una guillotina, «para por si acaso, que no quede error alguno» porque de su inspiración y su equipo partió el concepto más rompedor de los últimos 25 años, el más insólito y maligno, el que nos ha convertido en animales menos sociales, convirtiendo nuestros cerebros en perfectos coladores en lo que causa una fuga constante de nuestra capacidad de concentración, a destruido en gran mayoría la comunicación entre familiares y amigos, a destruido la lectura de libros en el transporte público, igualmente la lectura en la alcoba y, por supuesto causó la perdida de la seducción de una mirada a pie de calle, incluso en la barra del bar. Jobs destruyó la cultura de la seducción del cuerpo a cuerpo de modo natural.

Las palomas blancas del mago Job

Apple nos ha mal acostumbrado: en 1984 dio el primer zarpazo con el Macintosh original, un ordenadorque pronto se convirtió en la mascota mimada de los informáticos.
En 2001 presentó el primer iPod, una caja mágica donde cabía toda la música del mundo, aunque fuese en formato MP3. iPhone aterrizó en el célebre evento de enero de 2007 donde Steve Jobs arrancó tantas pasiones como los Beatles. Los dos últimos inventos, el iPad (2010) y el Apple Watch (2014), han sido menos revolucionarios.

Fuente: Agencia EFE

CÓMO ENTRENAN A TU ROBOT. 4 ASIGNATURAS ROBÓTICAS

LLegan las máquinas que aprenden solas
CÓMO ENTRENAN A LOS ROBOTS

Llegan las máquinas que aprenden solas

Cuatro asignaturas robóticas
Las redes neuronales emulan el modo en que las células nerviosas comparten información.
En esencia, la técnica de aprendizaje de máquinas que se utiliza para entrenar a los robots plantea que estos deben extraer por sí mismos la información que necesiten a partir de unos datos que se les proporciona. No obstante, existen distintas estrategias para lograrlo.
  1. Aprendizaje reforzado. Está inspirado en el conductismo de Iván Pávlov. Al igual que esté fisiólogo hacía con sus perros, la idea es entrenar a las máquinas con ayuda de estímulos positivos y negativos. Así, el algoritmo se programa para maximizar la recompensa. Una vez recibidas las instrucciones, el software simplemente se autoenseña a llevar acabo una tarea, cómo disputar una partida o un juego de mesa. Su premio sería ganarla.

2 Aprendizaje profundo. Se basa en imitar el funcionamiento del cerebro humano mediante redes neuronales artificiales. Estas se estructura en distintas capas; cada uno extrae un tipo de información que alimenta a la siguiente. Este es el enfoque que uso Facebook para idear un software de reconocimiento facial. La primera capa de ciberneuronas obtiene datos básicos sobre la imagen, como los colores; la siguiente analiza las formas, y así hasta captar sus más pequeños detalles.
3 árbol de decisiones. Consiste en crear un esquema a través del cual se van sucediendo las distintas posibilidades de un escenario con sus soluciones concretas. Funcionaría de forma similar a como lo hace el manual de respuestas que usan los equipos de atención al cliente. Cada situación se asocia a una reacción, y el algoritmo navega entre ellas aplicando la lógica para encontrar la más adecuada.
4 Optimización del software. Es la ley del mínimo esfuerzo. Se trata de entrenar a un software para que cuando se le plantee algo, lo solucione de la forma más eficiente posible. Da igual qué método emplee; el único requisito es que ha de hacerlo de modo más fácil. Este enfoque se utiliza para que los robots aprendan a levantarse cuando se caen, por ejemplo. En esencia, hace lo mismo que la mente de un bebé, que dedica mucho tiempo averiguar cómo desplazar su cuerpo y luego usa ese conocimiento para planificar nuevos movimientos.

Menuda jugada. La inteligencia artificial AlphaGo, diseñada por Google DeepMind, puede aprender de su experiencia y mejorar su estrategia. En marzo de 2016, va tío al campeón Lee Sedol en un torneo de go, un juego táctico en el que la intuición y creatividad son claves.

Ya existen autómatas que hablan, caminan y gesticulan. Ahora, los expertos en inteligencia artificial idean algoritmos de aprendizaje que les permitirá relacionar y asimilar conceptos.
Según los futurólogos de la IA creen que a mediados de siglo se desarrollarán las primeras máquinas conscientes y plenamente autónomas.

¿Dónde quedó la revolución de la robótica que se nos prometió?
Desde hace décadas, innumerables científicos y escritores de ciencia ficción han pronosticado un futuro en el que los humanos viviremos codo con codo con máquinas autónomas que no se entenderían y nos harían la vida más fácil. Pero lo cierto es que, a pesar de que cada vez hay un mayor número de humanoides capaces de hablar y cumplir las más diversas tareas, el único autómata que, hoy por hoy, parece haberse introducido de verdad en nuestra sociedad es sin duda alguna el vibrador, volvamos pues, unos minutos al pasado de la historia de la robótica.

Un médico de 1859 aseguró que una de cada cuatro mujeres estaba aquejada de histeria, lo que resulta razonable, teniendo en cuenta que el médico reunió 75 páginas de posibles síntomas y dijo que la lista no estaba completa; casi cualquier dolencia leve podía servir para diagnosticar histeria. Los médicos pensaban que la tensión de la vida moderna hacía a las mujeres más susceptibles a desórdenes nerviosos. En los Estados Unidos tales desórdenes de las mujeres confirmaron que estaban a la par con Europa; un médico estadounidense expresó su alegría porque el país estaba «alcanzando» a Europa en la prevalencia de la histeria.

Rachael P. Maines, autor de The Technology of Orgasm: Hysteria, the Vibrator, and Women’s Sexual Satisfaction, ha observado que estos casos eran muy ventajosos para los médicos, dado que no había ningún riesgo de que la paciente muriese pero necesitaba tratamiento constante. El único problema era que los médicos no disfrutaban con la tediosa tarea del masaje. La técnica era difícil de dominar para un médico y podía tomar horas llegar al «paroxismo histérico». Derivarlas a las comadronas, una práctica por otra parte habitual, era una pérdida de oportunidades de negocio para el médico.

Una solución fue la invención de los aparatos para proporcionar masajes, lo que eliminaba la necesidad de recurrir a una comadrona. A finales del siglo XVIII en Bath se vendían dispositivos de hidroterapia y a mediados del siglo XIX eran un accesorio popular en los complejos de balnearios de lujo de Europa y los Estados Unidos.

Un anuncio de 1918 de Sears, Roebuck and Co. con muchos modelos de vibradores.

Desde 1870 los médicos dispusieron del primer vibrador mecánico y en 1873 se empleó el primer vibrador electromecánico en un asilo de Francia.

Aunque los médicos de la época reconocían que el desorden provenía de la insatisfacción sexual, parecían reticentes a admitir el propósito sexual de los dispositivos empleados para tratarlo. De hecho, la introducción del espéculo fue mucho más controvertida que la del vibrador, seguramente debido a su naturaleza más fálica.

A finales del siglo XIX la difusión de la electricidad en el hogar facilitó la llegada del vibrador al mercado de consumo. El atractivo de un tratamiento más barato en la intimidad del propio hogar hizo que el vibrador alcanzase una cierta popularidad. De hecho, el vibrador eléctrico llegó al mercado mucho antes que otros dispositivos «esenciales»: nueve años antes que el aspirador  y diez años antes que la plancha eléctrica.  Una página del catálogo de la compañía internacional Sears, Roebuck and Company  de electrodomésticos de 1918 incluye un anuncio para un vibrador portátil con accesorios, descrito como «muy útil y satisfactorio para el uso casero».

 

Operarios incansables para tareas de alto riesgo

Y eso que los avances en este campo no han cesado desde que Unimate, el primer robot industrial de la historia, comenzará a trabajar en montaje de General Motors en 1961 en el último medio siglo, se han ido mejorando las capacidades de este tipo de máquinas y el modo en que colaboran con los humanos. Sí todavía no nos hemos acostumbrado a verlas en nuestro día a día es porque, principalmente, se encuentran en fabricas. De hecho, Unimate era un brazo automatizado que pesaba casi 2.000 kilos. El gigante de la industria de la automoción lo empleaba para mover grandes piezas de metal calientes y soldarlas, una tarea que entrañaba riesgos para los operarios.
Fue la primera vez que una máquina sustituyo por completo a un hombre en el trabajo. Las nuevas tecnologías que emanaron de la Revolución Industrial, como los tractores y las segadoras, permitían reducir el número de empleados, pero no los eliminaban por completo, pues se trataba de dispositivos que tenían que ser manejados o supervisados por personas, pero el Unimate no era una simple máquina. Podía asumir una tarea concreta por si solo.
En el último medio siglo, el número de robots que desempeñan alguna labor en procesos industriales no ha dejado de crecer. En 2014, ya había 478 de ellos por cada 10.000 operarios humanos en Corea del Sur, lo que supone que casi el 5% de la fuerza de trabajo en este país está conformada por esos ingenios. Corea del Sur encabeza esta clasificación seguidas de Japón, con 315 autómatas, en idéntica proporción; le sigue Alemania, con 292, según los datos de la Federación Internacional de Robótica.
Sí ya hay tantas máquinas construyendo vehículos, manipulando componentes electrónicos y metales pesados, ¿por qué no pasa lo mismo en las tiendas, en los hoteles o incluso en nuestros hogares? ¿Por qué todavía no contamos con dependientes robóticos y androides que realicen las tareas domésticas?, al menos a nuestro alcance. La respuesta es que, para una máquina, no es fácil gestionar lo desconocido.
La mayor parte de los robots industriales suelen enfrentarse a tareas repetitivas donde, en general, no se topan con situaciones para las que no están preparados. En las cadenas de montaje, las piezas que manejan se encuentran siempre en el mismo sitio, tienen el mismo tamaño y siempre se manipulan de la misma forma. Para aprender a hacerlo, el robot solo necesita saber dónde debe actuar, a qué velocidad ha de hacerlo ya las acciones concretas que requiere la tarea. Así, al menos, funciona la programación convencional, que el catedrático de Robótica Carlos Balaguer, de la Universidad Carlos III de Madrid, describe como un proceso rudimentario en el que si cualquier detalle externo cambia, hay que empezar de nuevo.

La idea es que las máquinas tomen decisiones por si solas

«Los robots tienen el potencial de mejorar la vida de la gente. Podrían asistir a los astronautas que viajen a Marte, a los pacientes de un hospital o a los trabajadores en las fábricas», según Stefanie Tellex, una experta en ciencias de la computación de la Universidad Brown, en EE. UU., que investiga cómo podrían estos ingenios comunicarse con nosotros mediante un lenguaje natural. La programación clásica les permite asumir tareas, pero no lidiar con accidentes, por ejemplo. Para ellos deberían ser capaces de entender el mundo y su entorno, de modo que pudieran reaccionar de forma autónoma ante cualquier situación.
En la industria del tratamiento de residuos, ya existen máquinas especializadas en la recuperación de botellas de tereftalato de polietileno (PET), un plástico que se utiliza en la fabricación de envases. Una de ellas es Wall-B – su nombre recuerda el del simpático robot de la película WALL-E, desarrollada por la empresa española Sadako technologies. El ingenio distingue los recipientes PET entre todos los desechos mediante un sistema de visión artificial que intenta reproducir lo que hace el cerebro humano cuando procesa las señales visuales que captan nuestros ojos.
Para ello, WALL-B cuenta con varias cámaras y unos algoritmos de inteligencia artificial que le permiten procesar las imágenes y entender lo que ve. » las botellas PET no se encuentran siempre en la misma posición y suelen llegar chafadas y entremezcladas con otros objetos». Por eso, este robot ha tenido que aprender a reconocer los envases que buscan a efectuar los movimientos necesarios para recuperarlos. Los autómatas  como WALL-B acaban sabiendo lo que tienen que hacer gracias a la técnica de entrenamiento robótico más empleada en la actualidad: el aprendizaje de máquinas. Esta consiste en mostrar le miles o millones de ejemplos, hasta que, a partir de ellos, llega a inferir un comportamiento. «Se trata de que el robot aprenda de la experiencia sin ser programado explícitamente por ello, y que su conocimiento aumente con cada nueva tarea, objeto o situación a la que se enfrente», esta información nos la aporta Balaguer y Belén Garnica.
Pasemos al funcionamiento del sistema de reconocimiento de caras en Facebook, por ejemplo. Su algoritmo fue expuesto a millones de fotografías que habían sido previamente etiquetadas a mano por personas. Estas habían marcado en cada una el área de la imagen en la que se encontraban la cara; el software las examinó hasta que logro distinguir a cada individuo con precisión.

Ciberprofesores para una clase global de roboalumnos

Gracias a esta estrategia, los robots van adquiriendo autonomía y una cierta capacidad de razonar. Pero si la idea es que acaben haciendo nuestra vida más cómoda, el hecho de que su aprendizaje depende de que haya un gran número de personas invirtiendo su tiempo en etiquetar millones de datos no resulta demasiado eficiente. Para acelerar este proceso, un equipo de investigadores de la Universidad de Stanford, en EE. UU., ha puesto en marcha el proyecto RoboBrain – una expresión que podría traducirse como RoboCerebro-, con el objetivo de que los robots se enseñen unos a otros.
RoboBrain funcionaría como una especie de Google para autómatas adónde cada máquina acudiría en busca de un conocimiento específico previamente adquirido por otra. Así, podría consultar, por ejemplo, cómo agarrar una taza correctamente por su asa o la mejor forma de manipular un picaporte para abrir una puerta. Tras descargar ese conocimiento concreto y emplearlo en resolver el problema al que se enfrenta, el robot devuelve su experiencia la base de datos de RoboBrain. Entonces el próximo y genio que utilice el servicio contará con más información.
«Cuantos más datos se aporten, mejor será el rendimiento de los robots», afirma el experto en ciencias de la computación Ashutosh Saxena, responsable de la iniciativa. Opina, qué un robot encuentre más o menos difícil aprender a hacer algo también depende del entorno. «Si un programador entrena para una determinada situación, puede que no funcione bien si algo cambia, aunque sea mínimamente». «Para llegar a hacer algo aparentemente tan sencillo como preparar una tortilla francesa, debería tener en cuenta decenas de variables, como el aspecto y la disposición de la cocina. Y no hay dos iguales».

Una revolución que llegará antes de una década
Pero si un robot aprende a manipular un huevo sin romperlo, esta experiencia podría servirle a otro que necesite cambiar una bombilla, por ejemplo. Este todavía tendría que discutir ciertas cosas, entre ellas, como enroscar la y desenroscar la, pero, al menos, sabría como sujetarla con cuidado. Saxena piensa que estos conocimientos compartidos multiplicarán enormemente las capacidades de estas máquinas, lo que se observa antes de 10 años. El enorme potencial de esta estrategia ha despertado el interés de muchos expertos. El Instituto Tecnológico de Massachusetts, a través de su publicación MIT Technology Review, la ha considerado una de las diez tecnologías emergentes más destacadas del año 2016.
Stefanie Tellex a lanzado una iniciativa similar, el desafío UN MILLÓN DE OBJETOS. La idea es que todas las unidades de un tipo concreto de robots denominado Baxter que hay repartidas en distintas cadenas de montaje por todo el mundo compartan sus habilidades y formen una gran base de datos sobre el manejo de muy distintas piezas.
Una de las empresas más interesadas en que los robots sean capaces de identificar y manipular cosas es Amazon. En sus enormes almacenes, miles de productos de diferentes formas y tamaños se apilan a la espera de que alguien los compre. Y cuando sucede, un operario debe recorrer la instalación para localizarlos y empaquetarlos. La compañía, consciente de la poca eficiencia del proceso y de la pérdida de tiempo que supone para sus empleados, organiza un concurso para mozos de almacén robóticos. Los ingenios que participaron debían encontrar, recoger y embalar veinticinco objetos diversos, desde paquetes de galletas hasta patitos de goma.

El juego de estrategia más complejo, dominado por un ordenador

Pero ninguno de los 31 robots candidatos logro completar todas las pruebas con éxito. Por ejemplo, los libros de bolsillo supusieron un gran problema para la máquina representada por la Universidad de Alberta (Canadá), que estaba equipada con una mano de tres dedos. Al ser tan finos, la cámara del robot apenas podía detectarlos, y, cuando por fin lo conseguía, no lograba sujetarlos bien con sus gruesas extremidades.
El encuentro, denominado Amazon Picking Challenge, demostró que por muy sofisticado que sea el hardware de un robot, de nada sirve si el software que lo controla no entiende el entorno. «Existen robots increíbles, pero no pueden funcionar al máximo de sus capacidades, porque aún carecemos de los algoritmos necesarios», asegura el neurocientífico Demis Hassabis, siendo el líder del programa de investigación en inteligencia artificial de Google. En 2010, Hassabis fundó la compañía de DeepMind, especializada en este tipo de tecnologías, que luego sería adquirida por el gigante de las búsquedas online.
En marzo de 2016, su sistema AlphaGo, concebido para disputar partidas de go, un milenario juego de estrategia ideado en China, derrotó al campeón surcoreano Lee Sedol, uno de los mejores jugadores del mundo. Para entrenarse, la máquina se enfrentó a sí misma millones de veces. » No sentí que llevara la ventaja en ningún momento», confesor Sedol tras su derrota.
Su historia recuerda a la del celebré ajedrecista Garry Kaspárov. En 1997, fue batido por el ordenador Deep Blue, del IBM. Era la primera vez que una computadora se imponía a un campeón del mundo en las mismas condiciones en las que se disputan los torneos de ajedrez. Pero el logro de Google es mucho más complejo. Un ajedrecista tiene que lidiar con una media de 35 movimientos posibles en cada turno, mientras que el go asciende a 250. «El ajedrez es un juego de cálculo, pero el go resulta demasiado complejo; en buena parte se basa en la intuición». La de IBM poseía una gran potencia de cálculo, pero la máquina de Google consiguió imitar un proceso intuitivo. Es un avance espectacular que los expertos no esperaban que sucediera hasta dentro de un par de décadas.
Por lo tanto, el objetivo de Google no es que las máquinas nos dominen en los juegos de mesa, al igual que Amazon no pretende que un robot se para coger patitos de goma. Al final, este tipo de iniciativas persiguen el desarrollo de una inteligencia artificial capaz de comprender el mundo y enfrentarse a él.

Pasará mucho tiempo antes de que podamos convivir con androides

Eso sí, aún nos encontramos lejos de conseguirlo. Puede verse en los coches autónomos, en los que también trabaja Google. A pesar de haber sido entrenados para entender las señales de tráfico, a veces algunos vehículos no dejan de dar vueltas en las rotondas porque no saben salir de ellas. Algo parecido le ocurría a las primeras versiones de la y ciberaspiradora Roomba cuando alguna mascota se subía encima y tapaba su cámara. Son solo dos ejemplos que muestran los muchísimos retos de la robótica aún tiene por delante antes de que se enfrente a lo que el catedrático Carlos Balaguer considera el auténtico gran desafío: el desarrollo de robots-compañeros que convidan con nosotros, algo que las máquinas aún tienen que aprender.

Aquí tiene su pedido
En la Universidad Técnica de Berlín tienen un robot que se llama cibermozo; puede encontrar objetos en estanterías y depositarlos en un contenedor, por ejemplo, sirve para los aeropuertos.

Niños biónicos
Los androides ¡Cub son capaces de reconocer y manipular objetos y expresar emociones. Parecen niños. De hecho, se les puede enseñar nuevos conceptos del mismo modo que se haría con un niño pequeño de año y medio.

El poder de la repetición  Los programas de reconocimiento facial se entrenan analizando millones de imágenes de rostros que previamente han sido catalogadas.

Un plan ético contra los robots malvados
¿Cómo van alzarse los robots contra la humanidad si todavía no son capaces de limpiarnos la casa al completo, ni tan siquiera planchar la ropa por si solos?. Según los expertos aún queda muchísimo camino por recorrer antes de que pueda resultar una amenaza para la humanidad.
Sin embargo, ninguno de ellos niega que esto pueda ocurrir. «No nos encontramos ni remotamente cerca de cualquier cosa que nos lleva preocupar, pero eso no quiere decir que no lleguemos a esa situación algún día», según Demis Hassabis, que a fecha de hoy dirige los programas de Ia de Google.
El físico Stephen Hawking y Elon Musk, cofundador de las compañías SpaceX y Tesla Motors, también han alertado sobre los posibles riesgos que entrañaría el desarrollo de la IA. ¿Qué pasaría si una máquina se volviera tan inteligente que fuera capaz de diseñar y usar por si sola armas de destrucción masiva? ¿Qué pasaría si una empresa decidiera crear una que fuera directamente malvada?
En mayo de 2016, las autoridades estadounidenses organizaron una reunión para analizar las leyes que deberían asegurar que la IA será segura, controlable y predecible a medida que se vuelva más potente.
Musk, en colaboración con otros pesos pesados del mundo tecnológico, han decidido crear OpenAl, una organización sin ánimo de lucro destinada al desarrollo de un software de este tipo que tenga por objetivo beneficiar a la humanidad. Los responsables del proyecto destinarán algo más de 900 millones de euros a generar un corpus ético y de conocimiento sobre este asunto. Afirma que tiene buenas razones para hacerlo, porque la conducción autónoma, un campo que está explorando, es uno de los que más problemas éticos suscita. Y es que si algún día los coches llegan a conducirse solos, puede que tengan que enfrentarse a decisiones duras, como elegir entre atropellar a un niño o que los pasajeros se estrellen.
Para algunos gurús de la tecnología, la creación de máquinas inteligentes precipitará la extinción de la humanidad.

¡Venga muévete, al tajo!  Los robots colaborativos, como Sawyer que dispone la empresa DHL, perciben cambios en el entorno y se adaptan a ellos como haría una persona. Este posee una interfaz que muestra expresiones. Así, los operarios se encuentran más cómodos con él.

Fuente: Diversos estudios e investigaciones. Disculpen, pues estoy en plena crisis de amnesia; no estoy en esta dimensión estos días. Regresaré cuando gane de nuevo una batalla más mi cerebro.

Entonces les pido colaboración; hay una película sobre el origen del vibrador, por más que trato de recordar no lo consigo. Solo recuerdo el psiquiatra que lo invento. Les pido a los lectores y seguidores que por favor si ustedes la han visto o pueden acceder a buscarla, lo comenten aquí o en mi correo, si ustedes me mandan el título y me dan permiso, añadiré su colaboración a este artículo.

LOS HOMBRES SON PERROS FALDEROS

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Einstein 1921 Nueva York, los perros falderos dan una calurosa bienvenida al Dr. durante su primera visita a los Estados Unidos.

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La historia de la ciencia Einstein

Einstein y la prensa:

una relación de mírame y no me toques

En 1919, Einstein deviene una celebridad su figura atrae a los medios de comunicación,  en especial al New York Times. El físico descubrirá pronto el poder que tienen, así como los peligros que plantean.

El 12 de diciembre de 1919, Albert Einstein concedió una de sus primeras entrevistas al New York Times. Apenas un mes antes el 6 de noviembre, el astrónomo británico Frank Dyson había presentado los resultados de dos expediciones que, durante el eclipse del 29 de mayo del mismo año, habían medido la desviación de la luz de una estrella por el sol. Los resultados confirmaban una de las 3 predicciones de la teoría de la relatividad general enunciada por Einstein en 1915. La prensa disfunción inmediatamente la noticia convirtiendo a Einstein, de la noche a la mañana y de la mañana a la noche en una celebridad sin precedentes.
<>, anunciaba en titulares el New York Times el día 10 de noviembre. El diario precisaba que el alcance de la Victoria no estaba claro porque, como admitía el propio físico alemán, solo una docena de sabios en todo el mundo entendían su teoría. Tres semanas después, en la entrevista del 2 de diciembre, Einstein se mostraba más didáctico y explicaba que sus ideas cristalizaron tras ser testigo de un trágico accidente: << Einstein expone su nueva teoría punto espacio y tiempo no tienen un carácter absoluto, sino relativo a un sistema en movimiento. Como Newton, se inspiró en una caída, pero no la de una manzana, sino la de un hombre de un tejado>>.
El artículo continuaba: << años atrás, por la ventana de su biblioteca, Einstein vio despeñarse a un hombre de un tejado. El hombre contó después que durante la caída no había experimentado la sensación que normalmente asociamos a la gravedad, la cual según la teoría de Newton, le habría traído violentamente hacia el suelo>>. La anécdota, impactante, acentuaba el contraste entre la complejidad de una teoría accesible solo para unos pocos iniciados y la banalidad de una observación al alcance de cualquiera – pese a que nadie la había interpretado como Einstein.
Esa jugada maestra fue el debut de una relación ambigua, críptico y oscuro con el New York Times. Einstein iba a descubrir, a su pesar, que la comunicación mediática no se limitaba a la publicación de imágenes atractivas. Así lo indica el estudio de los miles de artículos que el rotativo dedico tanto a sus hallazgos científicos como a sus apariciones públicas o declaraciones políticas.
Las primeras dificultades aparecieron en el verano de 1921. Entre el 2 de abril y el 30 de mayo, Einstein acompaño a Chaim Weizmann, presidente de la Organización Sionista Mundial, en una gira por los  EEUU destinada a recaudar fondos para la creación de una Universidad Hebrea en Jerusalén. De vuelta a Berlín, el 1 de julio, Einstein pronunció una conferencia sobre su viaje invitado por el presidente de la Cruz Roja alemana. Cuál no sería su sorpresa al leer, en el New York Times el día siguiente, el titular que reza tal cual:  el artículo aseguraba que << el doctor Albert Einstein ha declarado que América le había aparecido violentamente antialemana […] e Inglaterra vivamente proalemana>>.
En realidad, esas afirmaciones distorsionaban el discurso de Einstein explicado más a fondo en el propio artículo, exactamente en esta imagen ⇓

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El físico había descubierto que cualquier declaración de un personaje célebre podía manipularse con tal de conseguir un buen titular.

Einstein y los << perros falderos de las mujeres>>

El problema no había hecho más que empezar. La misma semana, el 7 de julio de 1921, Cyril Brown, corresponsal del New York Times en Berlín le preguntó a Einstein qué pensaba de la vida en EE.UU. la respuesta apareció bajo el titular: << según Einstein, las mujeres mandan en este país. El científico considera que los hombres son sus mascotas. El entusiasmo que su figura despierta en América responde al hecho de que la gente se aburre mucho>>. Dijo literalmente: << los hombres no sé interesan por nada. Trabajan sin cesar… Por lo demás, son los perros falderos [toy dogs] de sus mujeres, que gastan dinero sin medida y llevan una vida extravagante. Siguen la moda al pie de la letra y ahora siguen por azar la moda Einstein>>.
El artículo suscitó fuerte reacciones en los EE.UU. Al día siguiente, el New York Times insistía sobre la cuestión: <<Las mujeres de Chicago no comparten las opiniones de Einstein>>. Estos incidentes, debidos a la inexperiencia del físico con la prensa, dañaron irreversiblemente su imagen ante su sector de la opinión pública estadounidense que no dejaría de recordarle la expresión << perros falderos de las mujeres>>, empezó la primera vez cuando solicitó un visado en 1932.
Tras ese desencuentro, Einstein adoptó una actitud más austera ante las solicitudes de entrevista. Los periodistas, anhelantes de información, tuvieron que contentarse con anécdotas espigadas de gente que se había cruzado con él, como el conductor de tranvía berlinés que en 1924 afirmó que a Einstein se le daba mal la aritmética porque no había pagado con las monedas correctas. Los artículos se centraron en las noticias oficiales, como el estreno de una película de divulgación sobre relatividad, las conferencias de Einstein en el parisiense Colegio de Francia en 1922 un ingreso en el Comité de Cooperación Intelectual de la Sociedad de la Liga de Naciones o el anuncio de su premio Nobel, en noviembre de 1922, por << el descubrimiento de la ley del efecto fotoeléctrico>>.
En 1930, alentado por los artículos laudatorios publicados con motivo del 25.° aniversario de la publicación de la teoría de la relatividad especial, Einstein venció sus recelos y aceptó la invitación del New York Times para opinar sobre religión y ciencia. El artículo, publicado el 9 de noviembre de 1930, no a la opinión pública estadounidense más puritana.
Einstein daba cuenta de << los sentimientos y necesidades que han llevado a la humanidad al pensamiento religioso y a la fe>>. El primero era el miedo, seguido por los sentimientos sociales, es decir el deseo de consejo, amor y apoyo que lleva a la formación de una concepción social o moral de Dios. Estas necesidades habían originado las diversas religiones. Pero los individuos excepcionales y las comunidades más nobles aspiraban a otra forma de sentimiento religioso: hallamos entre ellos un tercer nivel de la experiencia religiosa, aunque raramente en forma pura. Lo llamaré sentimiento religioso cósmico. El individuo siente la futilidad de los deseos y las ambiciones humanas, a la vez que percibe el orden sublime y maravilloso de la naturaleza y el mundo de la mente. Aprisionado por la existencia individual, aspira a sentir el universo como un todo único y significativo. Este sentimiento religioso no conoce el dogma ni concibe a Dios a la  imagen del hombre. Creo que la función más importante del arte y de la ciencia es despertar y nutrir este sentimiento entre aquellos que son receptivos a el. Este sentimiento es el más poderoso y noble motivo de la investigación científica.
El artículo suscitó vivas reacciones de las comunidades religiosas y muchísima correspondencia de los lectores. Uno de ellos, el reverendo Fulton Sheen, aconsejó a Einstein suprimir la letra s de cósmico, al considerar que su concepción de la religión reflejaba <pura estupidez y banalidad>.
Cabría esperar de Einstein que con la edad fuera más prudente y reservado a la hora de expresar sus opiniones. Pero claro es que en este artículo de la historia de la ciencia no han querido reconocer que; Einstein pertenecía a una secta, de la que hablaremos en otro artículo. Además debo añadir que afirmaba de modo contundente que el mismo era una persona que estaba por encima del bien y el mal, que era superior al resto de los mediocres seres humanos. Sin embargo, hasta el final de su vida no dejó de decir lo que pensaba, aunque le costará el calificativo de ex-pacifista. El 29 de diciembre de 1941, tres semanas después del ataque sorpresa a Pearl Harbor, manifestó que las democracias vencerían a las potencias totalitarias si eran capaces de golpear duro.¿ Por qué opinaba tanto y tan al margen de las contingencias sociales, religiosas o políticas? ¿ No sabía cómo resistirse al virus mediático? ¿O es qué tal vez tenía cierto interés por él? Lejos de ser una persona manipulada por los periodistas, el físico había aprendido a servirse de ellos para sus propios fines de comunicación científica.

El efecto anuncio
Todo había empezado el 22 de marzo de 1923, al recibir a un corresponsal del New York Times en Berlín para comunicarle sus últimas investigaciones y anunciar nada menos que un descubrimiento que causará aún más sensación que la teoría de la relatividad.
Cinco días después, sin signos de rencor, Einstein confío a Cyril Brown, el autor del artículo sobre los perros falderos, detalles sobre su nueva teoría del campo unificado: «Puedo resumir de qué trata en una frase: la relación entre la electricidad de la gravitación. …Es una teoría puramente matemática que no puede ser explicada al profano.»
Era una manera inteligente de utilizar a su favor el poder del diario y jugar con el efecto anuncio de una teoría misteriosa «demasiado complicada para ser comprendida», a la vez que subía la apuesta más importante que la relatividad general. Pero este campo de investigación iba a estancarse en seguida, y Einstein consagraría en vano el resto de su vida a la teoría del campo unificado. Hasta 1933 informó periódicamente de sus progresos. Pero dejó de hacerlo en el momento que sus tentativas arreglarme infructuosas. Cuando, en 1949 el New York Times publicó un artículo titulado: «la nueva teoría de Einstein es la llave maestra del universo».
Einstein rechazó a los periodistas y pidió a su secretaria Helen Dukas que les transmitiera el siguiente mensaje: «Vuelvan a verme en 20 años.»
Otro ejemplo de efecto anuncio controlado es el cambio radical de su visión cosmológica, que dio en primicia la prensa en 1931. El New York Times presentó, día tras día, las distintas fases del giro. La serie empezó en enero de 1931 con la visita de este en el Instituto de Tecnología de California a fin de contrastar su hipótesis cosmológica, basada en la teoría de la relatividad general, que postula un espacio homogéneo curvo y estático. Las observaciones realizadas por los astrónomos estadounidenses Edwin Hubbel y Milton, en Monte Wilson, dos años antes, cuestionaban que el universo fuera estático. La luz de nebulosas distantes mostraba un desplazamiento al rojo proporcional a su distancia a la Tierra, expresado mediante la ley de Hubbel, que el New York Times del 31 de diciembre de 1930 describió: «las nebulosas se alejan de nosotros a una velocidad que aumenta con su distancia a la Tierra». El 3 de enero apareció el primer anuncio de Einstein en una entrevista al periódico: «Las observaciones de Hubble y Humason … permiten suponer que la estructura general del universo no es estática».
El 6 de febrero, el físico Leigh Page confío al diario que <>. Dos días después, el periódico anunció que la visión cosmológica de Einstein había dado un vuelco: Tierra más inconcebible aún que sus fórmulas matemáticas, el profesor Einstein declaró el miércoles que abandonaba su concepción inicial del universo>>.
Ignorando la tradición académica, Einstein espero al 11 de febrero para exponer sus ideas y discutir con un grupo de físicos y astrónomos las implicaciones del corrimiento al rojo de la luz de las nebulosas. El 26 de junio, de regreso a Berlín, presentó en una conferencia universitaria su nueva concepción cosmológica de universo dinámico en expansión, que se contraerá más allá de cierto límite.
¿Por qué avanzó Einstein sus ideas a la prensa? ¿Buscaba el eco mediático o se trataba simplemente de una voluntad de transparencia en torno a lo que consideraba una verdad científica? No es fácil responder a esta cuestión, pero no hay duda de que quería controlar el juego, como muestra su reacción airada a la filtración orquestada de la publicación de la paradoja EPR, tres años después.

Podolsky no hubiera debido

Aun habiendo contribuido a la creación de la teoría cuántica en las primeras décadas del siglo XX, Einstein no dejó de intentar demostrar, mediante sus célebres experimentos mentales, que la teoría era incompleta. Rechazaba su interpretación probabilística, que implicaba la renuncia al determinismo sobre el que se había fundamentado la física hasta entonces. Junto a sus colegas Boris Podolsky y Nathan Rosen, el 15 de mayo de 1935 publicó en una revista especializada el artículo <<¿Puede considerarse completa la descripción mecánico-cuántica de la realidad física?>>,  que haría correr mucha tinta bajo la denominación de la paradoja de EPR. Sin embargo, dos semanas antes de la publicación oficial Podolsky había revelado su contenido al New York Times, que lo presentó como «Einstein ataca la teoría cuántica».
La filtración cogió a Einstein por sorpresa. Contrariado por la actitud de Podolsky, escribió inmediatamente al New York Times desautorizándole:  Einstein hace una declaración. Afirma no haber autorizado el artículo sobre la teoría de los cuantos.  En la declaración, ocurrente como siempre, precisaba que tenía por costumbre discutir sobre ciencia en los lugares apropiados y que no ha aprobaba el anuncio previo de una publicación en la prensa generalista.
Este agitado episodio de las relaciones entre el New York Times y el padre de la relatividad no puso punto final a ellas, como hemos visto. El periódico, que contribuyó en buena medida a hacer de Einstein una leyenda, supo usar y abusar de la figura emblemática que había creado para mantener año tras año, el interés de sus lectores. Sin embargo, ni prensa ni lectores; no tuvieron cojones ni dignidad de decir a la cara a Einstein que también era el padre del machismo contra la mujer.

Justo en este momento que acabo este artículo siento un escalofrío que me recorre la columna vertebral y un soplido de aire tras de mí, al mismo tiempo que me viene un fuerte olor extraño, que en este momento no se como definir. Nunca callaré mi voz contra las mentiras de la historia y de la actualidad.

Fuente: Entre otros El Señor es Sutil. La ciencia y la vida de Albert Einstein. Abraham Pais. Ariel, 1984

EL MICROSCOPIO DE LAS TRES B: BUENO, BARATO Y BONITO

El origen del microscopio, lo originó un mercader de textil
El origen del microscopio, dando paso al pliegoscopio por menos de un euro

Curiosidades de la física

La idea del microscopio tradicional, de precio elevado, y sus partes bien definidas, como la platina, portaobjetos, rueda de objetivos, etc. puede haber llegado a su fin. Un nuevo dispositivo que se construye con el simple recorte de una hoja de cartón y coste inferior a un euro, ha sido ideado recientemente por el bioingeniero Manu Prakash (Stanford) y dos de sus colaboradores. El resultado: más de 1000 aumentos proporcionados por una bola de zafiro de menos de un milímetro de diámetro. La idea parte del primer microscopio ideado por el holandés Antoni Van Leeuweenhoek a finales del XVII.

The foldscope: un fantástico microscopio de bolsillo por 0,32 euros

Lente convexa…
Para distinguir los detalles de un objeto debemos acercarlo al ojo lo máximo posible para aumentar el ángulo de visión. La distancia óptima es conocida como «punto próximo», que es la menor a la que nuestro ojo puede adaptarse, sobre unos 25 cm. Ya que la resolución angular del ojo en el centro del campo visual es de un minuto de arco, no nos será posible distinguir detalles de menos de 50 micrómetros.

Distancia focal 
Una manera de mejorar la resolución es a través de una lupa (lente delgada con caras convexas). Se coloca el objeto en el plano focal para que los rayos que la atraviesan emerjan paralelos. De esta manera el ojo no tiene que adaptarse. La distancia entre el objeto y la lupa es lo que va a determinar el ángulo bajo el que se apreciará. O sea, la distancia focal. El aumento se obtiene del cociente entre el punto próximo y dicha distancia.   Para mejorar esa resolución podemos servirnos de una lupa: una lente delgada de caras convexas. Suele utilizarse colocando el objeto en el plano focal, de modo que los rayos que la atraviesen emerjan paralelos y el ojo no tengo que adaptarse. En esta situación, lo que determina el ángulo bajo el cual se ve el objeto es la distancia entre este y la lupa; es decir, la distancia focal. El aumento viene dado por el cociente del punto próximo y dicha distancia.
Si deseamos un campo de observación amplio, la lente debe ser de poca curvatura y grande. Con una distancia focal de cinco centímetros obtenemos cinco aumentos. De este modo conseguimos que el ojo no deba hacer un nuevo esfuerzo, pero sin embargo no permite conseguir un aumento mucho mayor. Para apreciar detalles más limpiamente solo podremos acercar el ojo a la lupa lo máximo posible, técnica que los relojeros conocen bien.
… y luego esférica

Con esta disposición, el aumento es equiparable al de la primera, pero el campo de observación será mayor. Sacrificando este último, podremos conseguir más aumentos. ¿Cómo? Incrementando en la medida de lo posible la curvatura de la lente, ya que así reduciremos la distancia focal. Una solución pasa por emplear una lente esférica: bola de vidrio. Sin embargo, cuando iluminamos una esfera con rayos paralelos, estos no convergen en un solo punto, sino que se parecen a lo largo de un segmento. Dicho efecto, llamado » aberración esférica», está causado por los rayos más alejados del eje óptico, el que pasa por el centro de la bola.
La solución más ingeniosa se la debemos a Henry Coddington, óptico inglés del siglo XIX que dejaría su nombre a un tipo de lupa. Esta se obtiene eliminando parcialmente el vidrio de la esfera y dejando solo un pequeño cilindro central. Dado que la distancia focal de una esfera de vidrio ordinario, 1,5 veces el radio, una bola de unos dos o tres centímetros de diámetro nos permitirá conseguir entre 10 y 20 aumentos.

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Más de mil aumentos

Con todo, semejantes valores siguen quedando lejos de lo que nos ofrece un microscopio. ¿Y si dejásemos el diámetro de la bola a menos de un milímetro para llegar a las 300 aumentos? Eso fue lo que logro Leeuwenhoek. Su maestría en el trabajo de vidrio le permitió lograr bolas de excelente calidad, probablemente gracias a la técnica de la gota fundida (fundir la punta de un hilo fino de vidrio y obtener una gota perfectamente esférica aprovechando la tensión superficial del líquido).
La segunda proeza de Leeuwenhoek fue construir un dispositivo mecánico para colocar la muestra y situarla a una distancia igual o inferior de la focal; es decir, una fracción de milímetro microscopio, la bola, engastada en una lámina metálica, permanece inmóvil, mientras que la muestra se fija a la cabeza de un alfiler que se desplazan mediante dos tornillos. Hasta entonces con arrimar el instrumento al ojo y ponerlo de cara la luz. Gracias a este microscopio tosco pero de prestaciones inigualadas durante decenios, Leeuwenhoek descubrió universo de vida microscópica.
En los laboratorios, el microscopio de bolas de vidrio acabaría siendo suplantado por instrumentos mejores, aunque también más complejos. Sin embargo, dada su simplicidad y robustez, el invento de Leeuwenhoek sigue vivo entre los aficionados a la ciencia. También se ha beneficiado de los avances técnicos: hoy, una bola de zafiro con un índice de refracción de 1,8 y 0,3 milímetros de diámetros permite rozar los 1500 aumentos.
Prakash necesitó una buena dosis de inventiva para construir un sistema adecuado para colocar la muestra y enfocarla. En su << pliegoscopio>> (foldscope en inglés), la bola está integrada en un montaje de papiroflexia hecho de cartón de 0,35 milímetros de espesor. El dispositivo permite situar con precisión la muestra ( colocada sobre la lámina porta portaobjetos de un microscopio clásico) y, jugando con la flexión del papel, asegurar el enfoque a una distancia de tal solo 0,025 milímetros.
El pliegoscopio consta de tres niveles que se desplazan finalmente unos con respecto a otros accionando unas la lengüetas. En el inferior se encuentra la muestra. Delante de él (con respecto al observador) se halla el nivel óptico, al que está sujeta la bola de vidrio, y detrás, el de iluminación, con un simple led alimentando por una pila de botón. El conjunto pesa unos 9 gramos y cuesta menos de un euro (aunque sobre la base de 10000 ejemplares), siendo la bola el componente más caro. Con la esfera de zafiro que mencionábamos más arriba, la resolución alcanza una fracción de micrómetro.
Cabe señalar que aunque los planos del pliegoscopio se encuentran a disposición de todos, su construcción exige una destreza y unas técnicas de experimentación bastante depuradas. Con todo, la invencion de Praskash constituye una alternativa interesante a las promesas de corte más tecnológico que prometen transformar nuestros teléfonos móvil en microscopios, y ha sido considerada por la ayuda que podría prestar a los países pobres para detectar enfermedades infecciosas.

Una lente esférica

Permite obtener un aumento considerable, si bien la imagen se ve afectada por la aberración esférica. Ésta se produce porque los rayos luminosos que inciden paralelos no convergen en un mismo punto. Tal defecto puede corregirse ahuecando parcialmente la lente, de modo que sólo la atraviesen los rayos más cercanos al eje, para los cuales el punto focal se encuentra muy bien definido.2017-02-22_14-38-17

El primer microscopio:
Leeuwenhoek (a) y el pliegoscopio inventado hace poco por el bioingeniero de Stanford Manu Prakash (b) comparten una característica: su  elemento óptico es en ambos casos una diminuta bola, de vidrio en el primero y de zafiro en el segundo.
El pliegoscopio consta de un montaje de cartón en el que varias lengüetas permiten colocar con precisión el elemento óptico y la iluminación (un led) con respecto a la muestra.

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No quisiera olvidar al acabar el artículo dar las gracias; a todos los científicos y en este caso de modo muy especial a Manu Prakash por su intención con este pliegoscopio de tan sólo 0,32 céntimos de euro, ayudar a los países más desfavorecidos en la salud a causa de los países ricos. También ayuda a la educación en las escuelas. Ahora y siempre gracias Manu Prakash por tu colaboración hacia un mundo mejor y evolucionado con tu humildad.

EL ORIGEN DEL MICROSCOPIO

Viajemos en el tiempo

Y piensa en aquel momento en el que por primera vez se pudo ver: un glóbulo rojo, una bacteria o un espermatozoide.

50 Gramos de latón dan para…

Van Leeuwenhoek construyó diminutas lentes de aumento biconvexas montadas sobre platinas de latón, que se sostenían muy cerca del ojo. Con ellas, el mercader de baños podía ampliar hasta 300 veces objetos pequeños, imperceptibles simple vista, que colocaba sobre la cabeza de un alfiler y luego observaba bajo las lentes. El microscopio rescatado del canal. Pesa 50 gramos, consta de una placas de metal, una lente a través de la que se ve el material biológico como un soporte para el material biológico y tornillos de regulación. Es un ejemplar único entre los que se conservan. Entiéndelo es porque los tres agujeros de la llave- tornillo. Un misterio, o no…

Y es que la historia nos dice que este microscopio vino exactamente del fango

Cuando el repartidor del servicio de mensajería llamo a su puerta, la vida del doctor Tomás Camacho cambio para siempre. Al médico se le aceleró el pulso, la respiración; rápida y superficial, sus manos temblaban nada más ver el remitente de aquel humilde paquetito mal embalado y de aspecto vulgar que le acababa de llegar. Aunque el repartidor no lo sabía, aquel sencillo envoltorio que estaba entregando y que había recorrido media Europa dando tumbos de camión en camión de reparto – contenía un singular tesoro, valorado en más de medio millón de euros… y cuyo vendedor había ofrecido en internet por apenas un billete de cincuenta euros.

Nada más cerrar la puerta, el doctor abrió el paquete con dedos temblorosos y suspiró aliviado. Allí, apenas más grande que la palma de su mano, estaba su adquisición: uno de los primeros microscopios jamás fábricados. Era un aparato de aspecto arcaico pero lleno de historia, pues con él se había visto por primera vez un glóbulo rojo, un espermatozoide o una bacteria. Se creía perdido desde hacía siglos y por razones del destino había acabado en su poder por una cantidad ridícula de dinero comparado con su precio real. Un auténtico tesoro que habría pasado desapercibido de no ser por su entrenado ojo de experto coleccionista.

Tiremos más de historia
Sin embargo, esta historia comienza realmente mucho antes, en Delf, una pequeña ciudad del interior de Holanda, una mañana fría y con el cielo encapotado sin dar lugar a un alegre rayo de sol año exacto siendo 1667. Allí, en una cuidada hasta el máximo detalle y con olor a rosas lejanas y tulipanes frescos, café recién hecho y marihuana recién cortada, dicha casa situada al lado de uno de los múltiples canales que la atraviesan, vive Anton van Leeuwenhoek, un mercader de paño de genio muy vivo que se gana la vida vendiendo seda, lana y algodón, la marihuana no le alcanzaba como para venderla, «se la fumaba directamente». Como todos los pañeros, Leeuwenhoek tiene que comprobar la calidad de los tejidos que venden y para ello usa lentes de aumento que les permiten ver las trampas de las telas. Unos años antes había viajado a Londres y allí había descubierto los avances en la investigación de la óptica, todavía en pañales, así que ni corto ni perezoso, este mercader había decidido fabricarse él mismo sus propias lupas; vamos, lo que viene siendo un emprendedor en el pasado.

Leeuwenhoek nunca llegó a sospechar el que sus lentes resultarían buenas, extraordinarias realmente… tanto que superaban cualquier otra cosa existente hasta el momento. Es fácil imaginarse su sorpresa cuando a través de su lente, posiblemente al pincharse accidentalmente un dedo, vio unos diminutos cuerpos en la gota de sangre, que resultaron ser glóbulos rojos. O cuando, espoleado por la curiosidad, enfocó con su objetivo un vaso de agua turbia sacada del canal y descubrió pequeños organismos nadando en ella que resultaron ser bacterias.
Momentazo histórico para la historia de la ciencia que yo personalmente daría lo que fuese por estar ahí exactamente en ese momento, pero volvamos al asunto que nos lleva aquí. Era la primera vez en la historia que un hombre podía ver todo ese mundo oculto a nuestros ojos y el primero en lograrlo había sido un humilde e inteligente pañero de una pequeña ciudad holandesa. Sin darse cuenta, Leeuwenhoek había inventado el origen del microscopio moderno.

Él era íntimo amigo de Johannes Vermeer, el pintor de (La joven de la perla) hizo varias cosas al darse cuenta de lo que tenía entre manos. La primera, poner por escrito sus descubrimientos y comunicárselo a la Royal Society de Londres y la segunda, embarcarse en una búsqueda constante para perfeccionar su invento. Pero ya hemos hablado de que Leeuwenhoek era un hombre de genio vivo. Cuando las cosas no salían como él quería, solía tener violentas explosiones de furia en las que los objetos que tenía a mano, literalmente, volaban. Y eso es lo que le pasó al microscopio de nuestra historia.

Sin juzgar en este caso su personalidad, aquella mañana se deshizo de todo lo que tenía sobre la mesa, incluido el microscopio y, lo arrojó por la ventana que daba el canal con un chapoteo todos aquellos objetos se hundieron en el agua hasta acabar en el cieno del fondo, Far from your eyes for always. Nunca sabremos si se arrepintió de su acto estúpido, pero sin embargo, el microscopio yacía perdido en el fondo del canal para siempre. What, the end?.

Do not, follow me
Nos remitimos a 1981. Dos aburridos operarios manejaban una draga con la que sacan toneladas del oro del fondo de los canales de Delft. El Ayuntamiento, después de ver como los viejos canales se han ido con mando con el paso de los años, han decidido retirar todo el cieno centenario que se acumula en el fondo.
En una de las paladas que la draga saca del canal, por un breve instante, asoman una serie de cachivaches que llevan siglos dormidos bajo las aguas. Sí el operario que manejaba la grúa hubiese estado más atento podría haberse hecho rico de golpe, pero en aquel momento su mirada estaba en otro lado. Sí el conductor del camión que llevaba el cieno hasta un descampado hubiese sentido la necesidad de echar un vistazo a lo que estaba transportando, habría tenido el golpe de suerte más grande de su vida. Pero tampoco fue así, «estarían quizás en la luna de Valencia».

El cieno, con el microscopio y los otros objetos de Leeuwenhoek fue arrojado sin ceremonias en el lugar que en el futuro ocuparía un parque, «manda huevos». La hierba comenzó a crecer sobre el fango reseco y con el paso de los años familias enteras jugaban, comían, fumaban marihuana o paseaban sobre aquel prado, sin saber que debajo de ellos, a tan sólo unos centímetros de profundidad, reposaba uno de los artefactos más buscados y caros de la historia de la ciencia.

Han pasado varias décadas y estamos ya en la actualidad. Señor más listo que el hambre; vecino de Delft paseaba por el parque con su detector de metales, como acostumbraba a hacer desde hace un par de años. Sabe que el terreno sobre el que camina ha salido del fondo de los canales y que por eso está repleto de viejos restos, que después desentierra y vende en eBay. No suele sacar mucho por ellos (no suelen ser más que viejas monedas oxidadas o botones) pero es un pequeño y suculento negocio para él. De repente su detector emite un suave pitido al pasar por una zona. El hombre clava su pala en el suelo y en unos minutos tiene en sus manos un viejo tintero, un puñado de monedas, un compás…. y un extraño artefacto que no puede identificar,  demasiado pequeño como para hacer algo interesante. Quizás pensaron que era una pieza rota de un mecanismo o algún chisme de pintura. Nada valioso ni especial.

Al volver a su casa, le saco unas fotos al botín de ese día y las subió  a la sube de eBay, confiando en que alguien esté interesado en pujar por ese poco apetitoso lote rescatado del fango. Para animar la compra, le pone un precio de salida bajo: cincuenta euros. A varios miles de kilómetros de allí, en Vigo, el doctor Tomás Camacho, es un médico especialista de toxicología, paseaba rutinariamente su mirada por las ofertas de eBay. Coleccionaba microscopios desde que le regalaron su primera pieza en Harvard y con el paso de los años ha ido juntando una impresionante colección de más de doscientos ejemplares. De vez en cuando continúa buceando por la red con la esperanza de ver algo que el resto de coleccionistas (no más de 300 de todo el mundo) hayan pasado por alto.

De repente su inspiración se detiene y su corazón se acelera sudando la frente y las manos. No es posible. En su pantalla puede ver como un holandés ha puesto a la venta un lote de quincalla por cincuenta euros. Tomás se frota los ojos en ese momento totalmente incrédulo. Entre toda esa chatarra está algo que sólo ha visto en fotografías, algo que se le parece a uno de los microscopios originales de Leeuwenhoek, solo que torcido y sucio; pero que sin dudarlo ni un solo instante estuvo seguro que era el microscopio original. Porque exactamente estaba seguro qué hay únicamente 9 en el mundo y el último se vendió el 2009 por medio millón de euros.

De inmediato sospecha que es una falsificación y mueve el ratón para cerrar la página, pero sin embargo su mano se detenía justo antes de hacer clic: -no le encuentro ninguna lógica al falsificar algo para venderlo por tan poco precio- Y además,

Ningún sentido le encuentran el momento,  vender de esa manera, medio desmontado y mezclado entre trastos de poco valor, no llega a entender nada de modo lógico. Tras pensarlo de nuevo, Tomás decide hacer una oferta por el lote, por un importante algo más elevado que el precio de salida que le pide el vendedor para asegurarse la compra. «Si al final me equivoco o es una estafa…» piensa «… tampoco habré perdido demasiado dinero. Pero si no es así, «bendita sea mi suerte».

En Delft, una campanita suena en el ordenador del hombre que ha desenterrado el lote. Un comprador desde España le ofrece una cantidad generosa por los objetos, algo más elevada que el precio de salida. Temeroso de que el comprador se arrepienta, decide cerrar la compraventa de inmediato. Un rato más tarde, recibe un aviso del banco de que han realizado un ingreso desde España en su cuenta.

Resultando ser que acaba de perder una fortuna a cambio de un puñado de euros y ni siquiera lo sabe. Pero como todo en la vida antes o después, «la mierda te cae encima».

Horas más tarde, el hombre empieza a recibir llamadas, de coleccionistas de todo el mundo. Siente como el sudor recorre su espalda, cuesta abajo y sin frenos a medida que le van ofreciendo cantidades cada vez mas mareantes  por aquel extraño artefacto que desenterró en el parque » ¿Un microscopio? ¿Cómo diablos iba a saberlo? ¡Si ni siquiera parece un microscopio! ¡Todo esto es una cadena de confusiones!  ¡En mi cuenta ya me han ingresado más de lo que he pedido y, ahora no entiendo nada! ¡ lo peor todavía está por llegar; la ventana ya está cerrada y no puede echarse atrás, pese a que lo intenta a pesar de todo.  Primero simula haber perdido el aparato («mi mujer lo tiro a la basura sin querer», le cuenta a Camacho en un correo), pero no cuela. Un despacho de abogados de Londres y el Gobierno holandés entran en liza.

Si intenta vender el microscopio de Leeuwenhoek a otro comprador, irá a la cárcel por estafa, le avisan. No le queda más alternativa que claudicar a regañadientes y por fin envía por correo ordinario, como si fuese un traje viejo, uno de los objetos más valiosos de la historia de la ciencia a su nuevo propietario.

Esta misma semana, el doctor Camacho posa sonriente al lado de su microscopio, en el Museo Galego de Historia Natural, donde está expuesta su colección. La vieja pieza de Leeuwenhoek arrojo al canal en un rapto de furia brilla suavemente bajo los focos. Tomás, un hombre afable inteligente y su mujer, Estrella, han decidido que toda su colección debe ser accesible al público de manera gratuita, incluido el pequeño microscopio.

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Ha recibido ofertas millonarias por él, pero se niega a venderlo. Sostiene, con una firmeza impecable y totalmente digna, que forma parte de la historia de la ciencia y que debe estar al alcance de todo el mundo. «Y yo que se lo agradezco». Por eso, desde que le pertenece, el artefacto de Leeuwenhoek ha recorrido varios países y museos, arrastrando a miles de curiosos a verlo. A partir de marzo, estará en Burgos, en el Museo de la Evolución Humana, siguiendo su periplo por todo el mundo. La aventura del microscopio, que empezó una mañana húmeda y oscura donde las haya, cuyos hechos ocurrieron  hace tres siglos a la orilla de un canal de Delft, todavía tiene capítulos que escribir, pero desde luego hoy no podría estar en mejores manos.

No olviden que este año a partir de marzo estarán en Burgos, en el Museo de la Evolución Humana. Somos historia, somos nuestros recuerdos, somos nuestras experiencias…

EL BARBERO ASESINO Y LO QUE JAMÁS CONTARON DE LA LEYENDA

El Barbero Asesino
SWEENEY TOOD

El caso del Sweeney Todd español

La historia en la que un cliente entra en una barbería y acaba con el cuello rajado para convertirse después en pasteles de carne es bastante conocida, pero pocos saben que tiene su propia versión hispana
¿Leyenda o Realidad?
La historia, aunque parecida a otras que se contaban en lugares alejados, apareció en un libro antiguo rescatado por un anticuario. Entre sus páginas, se ocultaba un hecho sorprendente y aterrador ocurrido en Valencia, concretamente en la calle Mayans, una truculenta historia de asesinatos y canibalismo que, además, guarda similitud con otra historia mucho más conocida que, según cuenta la leyenda o verdad, ocurrió con escasa diferencia cronológica en Londres y que  inspiró novelas, obras de teatro y hasta películas, historias que tienen como protagonistas a un barbero asesino y a un pastelero sin escrúpulos.
Entonces, ¿habrá realizar tras la misma? ¿ qué oscuro origen tiene en común? ¿Cuál fue la primera de las dos?

Hechos espeluznantes

 En el siglo XIX, una ciudad grande y popular, una calle cualquiera que alberga un negocio tan noble como una barbería. Hasta ella se acerca un ciudadano, tal vez un viajero que está de paso por dicha metrópolis y desea asearse y adecentar su aspecto, por lo que acude a dicha barbería, situada en el primer piso de un deslucido y viejo edificio. Al subir, respira el aroma que se escapa de la pastelería que se encuentra en la planta baja y que, al igual que la barbería, goza de gran popularidad entre los vecinos.
Apenas el hombre ha golpeado con sus nudillos en la puerta del establecimiento, el barbero, atento, le hace pasar al interior de la estancia de manera amable, como es lo habitual. Una vez dentro, confiado ya está relajado, el cliente se sienta en la silla después de haber explicado al barbero que es lo quiere hacerse. En cuanto se encuentra acomodado, éste, lenta y silenciosamente, comienza a deslizar la afilada hoja de su navaja de afeitar por el rostro del caballero, rasurando y cortando el vello incómodo que ha comenzado  asaltar su rostro.
Pero, en mitad del afeitado, el barbero, con un movimiento preciso y rápido, secciona la garganta al desdichado cliente, mientras un chorro de sangre caliente brota violentamente de su yugular seccionada.
Apenas con un soplo de vida, estupefacto y aterrado ante la inminencia del fin, ver como el barbero se acerca limpiando de sangre su navaja y acciona un mecanismo oculto entre las tablas del suelo del local, abriendo una trampilla situada justo bajo la silla, provocando que caiga al piso de abajo.
El golpe es terrible pero, por mucho que cueste creerlo, el horror aún no ha terminado. El cliente, que instantes antes llevaba una vida tranquila, sin peligro aparente, se encuentra ahora mortalmente herido en un sótano oscuro y, frente a él tiene esperándole ansioso la muerte con la guadaña en la mano y su capa negra.
Aún así, todavía alcanza a ver a otro hombre que se acerca lentamente.
Por un momento piensa que van a auxiliarle, pensó que era Dios y que le sacaría de esa pesadilla mientras aún puede percibir el lejano olor a pasteles y pan.
Horas más tarde, en la puerta de la pastelería ubicada en el bajo del mismo edificio que la barbería, un pastelero escribe en un cartel el siguiente anuncio: » Pastel de carne recién hecho»

El barbero sangriento de la calle Fleet

El barbero asesino y su complice el pastelero
El barbero asesino y lo que jamás te contaron de la leyenda

Esta pequeña historia corresponde perfectamente con la de Sweeney Todd, novela, teatro y el cine  la última versión, protagonizada por Johnny Depp y dirigida por Tim Burton, se ha convertido en un verdadero misterio que genera no pocas controversias acerca de su origen y de si se trata de un suceso real o, por el contrario, de una historia apócrifa, una leyenda de las que hoy daríamos en llamar «criminal en serie», «crímenes en serie».
Y es que, aunque muchos dan como cierta la existencia de este siniestro barbero, lo cierto es que no se han encontrado pruebas plausibles que corroboren que, en efecto, en Londres del siglo XIX operase dicho asesino en serie, una ciudad que casi un siglo más tarde viviría las salvajes acciones The un SERIAL KILLER muy real: Jack el Destripador.
Una de las primeras referencias qué se tienen acerca del barbero asesino apareció el 1846, Segunda parte  en un cuento titulado -THE STRING OF PEARLS: A ROMANCE, en la revista THE PEOPLE’S PERIODICAL. En dicha narración breve, cuya autoría se otorga a un tal Thomas Prest, se narran las macabras andanzas de este individuo que, aunando sus conocimientos en el arte del afeitado nociones básicas de cirugía, práctica muy extendida por los barberos de la época, se dedicaba a rebanar literalmente el pescuezo de sus clientes para después desvalijarlos y ceder el cuerpo inerte una pastelera que, horas después, preparar unos deliciosos pasteles de carne que deleitaban el paladar de muchos londinense.
La búsqueda de la prueba que demuestre la veracidad de este truculento caso ha sido causa de obsesiones de trabajo exhaustivos por parte de investigadores que han visto como sus pesquisas se topaban con un callejón sin salida. No existen pruebas archivos ni en las hemerotecas, en diarios o revistas contemporáneas, que indiquen que hubo un caso de estas características ni que, cómo hacer asegura, se procediese a la ejecución de este personaje en la horca en el año 1802
.
Sin embargo, y aunque existe cada vez más la firme convicción de que se trata de una leyenda inventada, continúan saliendo estudios que tratan de llevar algo de luz a la vida de este siniestro personaje, cómo es el caso del libro presentado en 2007:-Sweeney Todd:  the real history of the demon Barber of Fleet Street, en el que su autor, Peter Haining, asegura poseer pruebas fidedignas que demostrarían la veracidad de los hechos. No obstante, no aporta ningún dato comprobable y volvemos al callejón sin salida.

El barbero asesino de Valencia

Hay quien sostiene que la leyenda de Sweeney Todd pudo haber sido inspirada por historias o leyendas similares. De hecho, se asegura por parte de aquellos que niegan la existencia de este criminal inglés que la leyenda pudo inspirarse otra leyenda urbana, esta vez francesa, titulada » La Posada de los Tres Reyes» y ocurrida unos 400 años antes.
Dentro de nuestras fronteras, sin ir más lejos, existe una historia sorprendentemente similar y qué, curiosamente, debió ocurrir por la misma época que la supuesta narración inglesa.
Rafael Solaz, bibliófilo y escritor valenciano, transcribir y publicó un libro encontrado por él mismo y que había sido escrito por Pablo Carsi y Gil. Esta obra, un anecdotario de la vida de la ciudad de Valencia titulado  Cosas Particulares; usos y costumbres de la ciudad de Valencia( 1800- 1.873), recogía una historia aterradora y, lo más llamativo, prácticamente igual a la corrida en la barbería de la londinense calle Fleet. En su trabajo, Solaz transcribir a las palabras recogidas en su día por Pablo Carsí y Gil sobre este suceso y en sus páginas pueden leerse:» en la calle de Serrageros, entrando por la de San Vicente, a la derecha, sobre la mitad de la calle, hay como un corral que tiene puerta a la calle, entrando por allí se sale a una taberna que hay en la calle de la Pellería que todo forma una casa. Encima de esta puerta hay 3 cabezas de piedra de hombre de las que se cuenta que en otros tiempos había una barbería, y que los que entraban a afeitarse los mataban y robaban, y otros añaden que en la otra casa había una pastelería, y me tienen los pasteles carne humana de los que mataban. «Esto fue un hecho verdadero». El relato, aparte de ser idéntico al anglosajón, sitúa la acción en un lugar claramente identificado por los valencianos como la calle de Cerrajeros, también conocida como la calle dels Manyans. Sin embargo, nuevamente se carecen, al menos de momento, de pruebas que demuestren que este barbero asesino valenciano pudiera haber existido, extendiendo el velo del misterio sobre este suceso y haciendo que nos preguntaremos si también se trata de una leyenda urbana.
Jan Harol Brunvand es probablemente la persona que más sabe en el mundo acerca de las leyendas urbanas debido a su concienzudo estudio e investigación sobre las mismas, realizado durante prácticamente toda su vida. Este especialista en folclore de la Universidad de Utah ( EEUU) afirma en su trabajo el fabuloso libro de las leyendas urbanas: demasiado bueno para ser cierto, acerca de este tipo de historias que » describen hechos supuestamente reales si bien extraños que le han ocurrido a un amigo de un amigo. Y generalmente las cuentan personas fiables con un estilo creíble, porque ellos creen que son ciertas. Los escenarios y hechos de las leyendas urbanas son realistas y reconocibles – hogares, oficinas, hoteles, centros comerciales, carreteras, etc.- y los seres humanos que los protagonistas son personas muy normales. Sin embargo, los incidentes extraños, cómicos aterradores que le acontecen van un paso más allá de lo creíble».
En la narración de Pablo Carsí i Gil existen, a tenor de lo explicado por Brunvand, ciertas expresiones que pueden hacer los dudar de la existencia real de este barbero y reforzar la teoría de la leyenda urbana,
Como el interés por parte del autor de dotar de fuerza su relato con frases como » esto fue un hecho verdadero» o expresiones «de las que se cuenta», que se parecen sospechosamente a las utilizadas hoy en día para contar este tipo de narraciones falsas.
Sin embargo, ¿ por qué estas dos historias se parecen tanto hasta el punto de ser prácticamente iguales? ¿Cuál se dio a conocer antes? ¿ Qué nexo tienen en común? ¿Cuál es su origen…?
Tratar de dilucidar cuál de las dos historias es verdadera, si alguna de ellas lo es, rastreando dos relatos del siglo XIX que no aportan más prueba que la pluma de sus autores es, raro y que se lo coma aquel que lo pueda digerir. No obstante, por increíble que parezca, existen narración es mucho más antiguas que indican que ni el barbero que ejercía su terrible profesión en la calle dels Manyans en Valencia, ni su colega londinense de la calle Fleet, fueron los primeros barberos que, sirviéndose de su habilidad con la navaja de afeitar.  Rebanaban  los cuellos de los incautos que acudían a sus establecimientos.
Y por si fuera poco, tampoco los pasteleros que se asociaban a ellos para obtener » materia prima» fueron los pioneros en esto de los pasteles de carne humana fresca, lo que no se sabe es si era de buena calidad; vaya usted a saber si alguien había tenido contacto con la Peste, Escorbuto, Neumonía, Difteria y Cólera, en definitiva cualquier enfermedad de, algo, de alguien, en algún lugar.
Aquellos que niegan la existencia real de Sweeney Todd creen que la historia se centra en la ya mencionada leyenda de «La Posada de los Tres Reyes», sin embargo, y este es otro punto que llama la atención, existen dos narraciones con indudables conexiones españolas que narran sucesos muy parecidos.
La primera de ellas, está recogida por Jaime Roig, un escritor y médico valenciano que en torno a 1460 dio forma a su obra L’espill  El Espejo. En dicha obra se cuentan las siniestras andanzas de una pastelera de París que, sirviéndose de sus malas artes, asesinaba a los hombres para hacer pasteles que después se servían como parte del menú en la taberna que poseía y que, tal y como recoge Jaime Roig:
«Carne de ternera creíamos comer, hasta que encontramos la uña y un trozo de dedo medio partido.
Todos lo miramos y deducimos carne de hombre era. La pastelera con dos ayudantes hijas ya grandes era hornera y tabernera; de los que venían,  algunos mataba, como aves, hacían pasteles, y de los intestinos hacían salchichas o longanizas; lo que no fueron capaces de deducir estas asesinas es que sus presas con gran probabilidad estaban infestados con ladillas, por más que hoy en el siglo XXI no lo recojan los libros de texto;  yo afirmo que por mis estudios en antropología el ser humano, en concreto el hombre, décadas far, far away décadas atrás, tras mantener relaciones sexuales con los simios el hombre propagó esta epidemia y pandemia.
En este relato, aunque falta la figura del barbero, todo es similar a la segunda parte de los relatos narrados anteriormente. Además, la acción transcurre en París, al igual que en «La Posada de los Tres Reyes».
Pero no es esta la única ni la más antigua narración, ya que en el año 1415, nuevamente en la capital francesa, encontramos un caso que, esta vez sí, vuelve a unir al pastelero caníbal y al barbero asesino y, nuevamente, tiene lazos con nuestro país.
Esta nueva obra, publicada en España por el despacho de M. Muniesa, lleva por título Causa Célebre. El pastelero de carne humana y el barbero asesino, y nos lleva a la Ciudad de la Luz en 1415, donde el barbero Bernabé Canard y su socio, el pastelero Pedro Miquelón, a través de un gancho, la hija del primero, traían a jóvenes caballeros y, con el pretexto de un afeitado gratis, degollarlos y, una vez desvalijados de sus bolsas y objetos de valor, ser llevados al pastelero Miquelon para qué labor hace sus apreciados pasteles de carne, ya que    «era voz pública que como Miquelón no había otro pastelero en París. El nexo con la Península Ibérica lo tienen las dos víctimas que protagonizan esta causa, ya que el negocio lucrativo de estos dos asesinos se termina cuando dos caballeros españoles, hermanos Julio y Andrés de Pontabo y Medina, se topan con éstos.
Uno de ellos, Julio, atraído por la belleza de la hija de Cabard, acude a la barbería, donde, momentos después, es asesinado y, claro, convertido en pastel. Sin embargo, su hermano, extrañado por su ausencia, después de realizar sus indagaciones, consigue desmantelar la siniestra sociedad entre el barbero y el pastelero y hace que caiga todo el peso de la ley.

¿ Historia Real?

Nuevamente, a pesar de los textos aparecidos en el siglo XV, volvemos a no encontrar pruebas fidedignas sobre la veracidad de estos hechos.
Pero, hemos visto la tremenda similitud de estas historias ocurridas en lugares y en épocas diferentes que en esencia narran los mismos hechos, y es inevitable preguntarse si realmente fueron veraces o simplemente se trata de folclore o, cabe la posibilidad, rumores divulgados, y tal vez exagerados, y recogidos por cronistas de la época que los tomaran por ciertos recogiendo los en sus cuadernos.
Nuevamente, el experto Jan Harold Brunvand nos da una explicación al respecto que puede orientarnos, al afirmar que » antes de la radio y la televisión, mucho antes de Internet y el correo electrónico, y antes incluso que hubiera folcloristas para recopilarlos, los rumores y las leyendas circulaban por los ámbitos urbanos y en ocasiones eran recogidos y clasificados por periodistas y otro tipo de escritores».
Ciertas o no, lo singular de este enigma es que en una pequeña calle del casco antiguo de Valencia se sitúa, o se situó hace mucho, el epicentro de una leyenda que compite con otra mundialmente célebre. Una » leyenda» que forma parte del elenco de seres terroríficos que nutren nuestra imaginación a través del cine y la literatura de terror.

Fuente: Recopilación de información de diferentes libros, guiones y la revista Enigmas; la cual me ha resultado vomitivo tanto la redacción como las faltas de ortografía en referencia a lo nombrado en este artículo. Corrección de ortografía realizada en este artículo por Ariadna M. A. de ocho años de edad.

Agradecimientos a Ariadna M. A. Por su pasión a la literatura y su colaboración para conmigo.

Gracias a todos los lectores de mis artículos, nada soy sin ustedes, recuerden darle a seguir al final del artículo, confirmen en su correo electrónico y añádanme en su agenda de contactos, puesto que cada artículo publicado les llegará a su bandeja de entrada sin molestia alguna. Recuerden que es importante que comenten sus pensamientos sobre los artículos y que además sus emails no serán utilizados por mi parte para terceros jamás.

 

ESTADOS UNIDOS CUANDO DESMANTELÓ EL EJÉRCITO Y LA POLICÍA IRAQUÍ EN 2003. ESTO FAVORECIÓ LA CREACIÓN DEL DAESH

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EN QUÉ ESTABAN PENSANDO.

Tras la invasión  estadounidense de Irak, liderada por Estados Unidos, Paul Bremer, encargado de la gestión civil del país árabe, decidió desmantelar el Ejército y los servicios de espionaje iraquíes y despedir a los funcionarios del partido Bazz -el del derrocado Sadam Hussein -. Bremer explicó que esa acción era » parte de una enérgica campaña para mostrar al pueblo iraquí que el régimen de Saddam se fue para no regresar»

SIN DUDA UNA MALA IDEA.

Más de 400.000 militares, entre ellos miembros de la Guardia Republicana – un cuerpo de élite-, espías y empleados públicos se vieron afectados por esta medida. Odiaban a EE.UU. por la injerencia en su país, se habían quedado sin trabajo en una región devastada por la guerra y contaban con formación militar, por lo que muchos decidieron unirse a la insurgencia anti-americana y, con el paso de los años, se radicalizaron hasta entrar en el Daesh.

CURIOSO

En la actualidad, el liderazgo militar del grupo terrorista Daesh lo ostentan antiguos escalafones medios del ejército y los servicios secretos del dictador iraquí Sadam Hussein.

Fuente: Ioannis Koutsousais y Mª del Mar Robledo

Conclusión

EL ORIGEN   Fue a causa del negocio de petróleo que  tenía George W. Bush con la familia de Osama Bin Laden, era socio de sus hermanos, el proceso judicial se llevó a cabo con el fallo a favor de los hermanos Bin Laden.

El odio a los musulmanes y el apego al Poder;  esto ocasionó que se volviese en el mismo Satanás.

Y es que cuando era pequeño, 10 años de edad, jugaba con su padre George H. W. Bush a menudo al ajedrez; en la sala de su hogar junto al calor de la chimenea.

 Hijo tú eres el REY (R)

  • Yo soy la DAMA (D)
  • Los americanos son la TORRE (T)
  • Nuestros militares de alto rango son el ALFIL (A)
  • Nuestros militares son las armas, CABALLO (C)
  • Los musulmanes no son más que Peones a eliminar

My son, you always remember; and is that, if the king is captured the game is lost.

 

No escribo lo que pienso, tampoco lo verbalizo; es lo que ocurrió demostrado por sus actos y los de su familia.

No te pierdas las siguiente publicación;  no sé si te gustará, pero estoy segura de que te ayudará a pensar con la verdad en la mano, entonces si la quieres aprenderás y si no pues la ignoraras, únete a los demás seguidores, es gratis y sencillo, recuerda que discutir demuestra inteligencia cuando hay muchos puntos de vista distintos.

 

 

GALILEO, SIMON MARIUS Y … CERVANTES. EL NOMBRE Y USO DE LOS SATÉLITES JOVIANOS Y LO DESCONOCIDO DE MIGUEL DE CERVANTES.

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Las lunas de Júpiter… Los nombres de Miguel de Cervantes, Galileo Galilei, Giovani Domenico Cassini e incluso Johannes Kepler se mezclan con el casi desconocido Simon Marius. Todos estuvieron envueltos en la rocambolesca historia del descubrimiento y el bautizo de los satélites del gigante del Sistema Solar.

Estos objetos tuvieron un papel estelar en la cartografía del siglo XVII y en la resolución parcial del problema de la longitud, que tantos esfuerzos costó solventar y fue uno de los principales impulsores del desarrollo de la astronomía y de la ciencia en general. Los descubrimientos de nuevas tierras realizados por Portugal y España no hicieron sino exacerbar la necesidad de encontrar una solución, para lo cual diferentes gobiernos ofrecieron ingentes cantidades de dinero.

La clave de la medida de la longitud está en la determinación precisa del tiempo: en la comparación de la hora local, fácilmente estimable por la posición del Sol respecto al eje norte-sur, con la de un punto de referencia, en el que se sitúa al primer meridiano, en el punto de latitud cero o punto fijo. Tan acuciante fue la solución, que el mismo Cervantes en el Diálogo de los perros, en 1613, nos habla del problema en la voz de un matemático, dueño temporal del can Berganza: «Veinte y dos años ha que ando tras hallar el punto fijo, y aquí lo dejo, y allí lo tomo, y pareciéndome que ya lo he hallado y que no se me puede escapar en ninguna manera, cuando no me cato, me hallo tan lejos del, que me admiro.»

Miguel de Cervantes falleció en el año 1616 pobre, fue enterrado en el monasterio de las Trinitarias de Madrid, en donde ahora se busca su tumba. Además de su monumental obra El  ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, que ya él mismo consideró la primera novela moderna, tiene en su haber una destacada producción literaria que incluye poesía y teatro. Lo sorprendente es que su cultura científica debía ser considerable, pues estaba al tanto de los avances que a comienzos del siglo XVII se estaban produciendo a partir de la invención del telescopio. Es posible, incluso, que hiciera una contribución científica significativa dando nombre a los satélites del planeta Júpiter, identificados cuando el astrónomo pisano Galileo Galilei dirigió el nuevo instrumento a los cielos.

Simón Marius y el descubrimiento de los satélites de Júpiter

Con la publicación de Sidereus Nuncius, el mensajero sideral, en marzo de 1610, Galileo inició una verdadera revolución no solo astronómica, sino del pensamiento, al presentar sólidas evidencias que rompían interpretaciones del mundo asentadas desde hacía siglos. Nos descubrió Galileo en esta obra una Luna irregular e imperfecta, identificó gran cantidad de estrellas nuevas más débiles que las que se ven a simple vista, revelando la compleja naturaleza de la Vía Láctea, y descubrió cuatro cuerpos que orbitan alrededor de Júpiter, desbaratando la cosmología tolemaica de una manera devastadora. En sucesivas cartas continuaría su demolición de la visión estática aceptada por la ortodoxia aristotélica: observó las fases de Venus y los anillos de Saturno, sin llegar a identificarlos como tales; e interpretó correctamente que las manchas solares son máculas en su superficie. En estos y en otros de sus descubrimientos, Galileo estuvo sumergido en grandes polémicas, que estuvieron cerca de costarle la vida al enfrentarse con la Inquisición romana: sería censurado en 1616 y condenado en 1633. Una de estas disputas, circunscrita al ámbito académico, y no resuelta hasta el siglo XX, involucró al astrónomo alemán Simón Marius, versión latinizada del nombre alemán Simon Mayr o Mayer, quien reclamó el co-descubrimiento de los satélites jovianos y que fue atacado de manera demoledora por Galileo debido a ello. El supuesto plagio, aceptado durante trescientos años, se desmontó hace décadas, aunque todavía se pueden encontrar citas al mismo en diferentes textos. Veamos la secuencia de eventos: Simón Marius, nacido en 1570 o probablemente en 1573 cerca de Nuremberg, estudió astronomía en Praga junto a los renombrados Tycho Brahe y Johannes Kepler, llegando a ser asistente del primero durante unos meses, antes del fallecimiento de aquél en 1601. Durante tres años, hasta el inicio de 1605, cursó medicina en Padua. En esta ciudad italiana tal vez se cruzó con Galileo por primera vez, pues este vivió allí desde 1592 hasta 1610, su «annus mirabilis«, en donde enseñaba mecánica, geometría y astronomía. En julio de 1605 ya había regresado a Alemania, donde volvió a tomar posesión de su puesto de matemático en la corte del margrave de ansbach, Georg Friedrich. Tras su marcha, uno de sus alumnos, Baldassarre Capra, entró en conflicto en dos ocasiones con Galileo, llegando a acusarle de plagio en 1607 por la invención del compás militar. Al parecer, Galileo pensó, sin evidencias, que la mano de Marius estaba detrás de esta demanda que terminó ganando el astrónomo de Pisa.

En 1608 Marius tuvo en sus manos por primera vez un telescopio, pero sus observaciones del cielo se iniciarían a partir del verano de 1609, según describe él mismo en 1614, y fue posible gracias al patronazgo de Johann Fuchs, consejero principal del margrave. En invierno de ese año dirigió su telescopio hacia Júpiter. y aquí se inicia la controversia, acentuada y oscurecida porque Marius y Galileo usaban distintos calendarios y pertenecían a dos mundos contrapuestos. Los países católicos ya habían aceptado la reforma gregoriana mientras que, paradójicamente, la Alemania protestante seguía anclada en el calendario juliano, que proporcionaba un retraso de diez días respecto a las fechas reales. Recordemos que el calendario fue modificado en 1582 y adoptado inmediatamente en España e Italia. La Alemania fuera del dominio de la dinastía de los Austria no lo haría hasta 1700.

Así, según el relato de Marius, publicado en 1614 en Mundus Iovialis, este se percató de la presencia de varias «estrellas» no catalogadas en los alrededores de Júpiter a comienzos de diciembre de 1609, pero ya el 29 de ese mes que en realidad pudieran estar orbitando alrededor del planeta e inició la medida de sus posiciones. Esta fecha, según el calendario gregoriano, correspondería al 8 de enero de 1610. La noche anterior, desde Italia, Galileo ya había descubierto tres satélites de Júpiter. Marius observaría de manera metódica hasta el 12 de enero juliano, 22 de enero según el calendario gregoriano. En esta fecha ya creería que son cuatro los satélites, aceptando este resultado como definitivo a finales de febrero o principios de marzo(de nuevo, juliano y siguiendo su narración de 1614).

Por parte de Galileo, el 11 de enero comprendió que las «estrellas» orbitan alrededor de Júpiter (después de Marius, si se acepta la descripción contenida en Mundus Iovialis) y dos días después ve el cuarto satélite, antes que Marius. En Marzo se publicó en Venecia el Sidereus Nuncius. A final de año descubrió las fases de Venus, análogas a las lunares, y se lo comunicó por carta a Kepler mediante un curioso anagrama, y también a Castelli y Clavio, para asegurarse la prioridad, aunque lo mantuvo sin publicar hasta años después.

Kepler, reaccionando a Sidereus Nuncius, publicó ese año Dissertatio cum Nuncio Sidereo y Narratio de observatis a se quator Javis satellibus erronibus, donde no hace ninguna mención sobre las investigaciones de Marius. Sin embargo, en 1611 Kepler publicó en Dioptrice un fragmento de una carta escrita por Marius para Odentius, lector de matemáticas en la universidad de Altdorf y amigo de ambos, en la que queda claro que al menos antes del 30 de diciembre de 1610, fecha de la misiva original, Marius conocía las fases de Venus y estaba realizando observaciones de Júpiter y compilando tablas para predecir las posiciones de sus cuatro satélites.

En 1612 Marius descubrió la nebulosa de Andrómeda (M 31, la galaxia más cercana) y mencionó por primera vez de manera pública sus observaciones de Júpiter y sus satélites en el panfleto Frankischer Kalender oder Practica. Un año más tarde, en octubre de 1613, Marius se encontró con Kepler, quien le sugirió los nombres para los cuatro objetos; cuatro amantes del dios Zeus, el equivalente heleno de Júpiter: Ío, Europa, Ganimedes y Calixto, desde el más interior al más alejado.

Finalmente Marius hizo públicas sus observaciones en Mundus Iovialis en 1614, y aunque dio debido crédito a Galileo, también reclamó el co-descubrimiento. El texto incluye también tablas astronómicas precisas para predecir las posiciones de los cuatro satélites en cualquier omento, algo que Galileo había soslayado, y concluye que las órbitas están inclinadas respecto a la eclíptica, una afirmación que evidencia que Marius realizó observaciones muy precisas. Por otra parte en el libro se proponen varios conjuntos de nombres, y entre ellos recoge la idea de Kepler. Sin embargo, será la nomenclatura de Galileo la que permanecerá: numerales romanos siendo Júpiter I el más próximo (Ío) y Júpiter IV el más alejado (Calixto). No es hasta 1847 cuando John Frederick William Herschel, hijo del descubridor de Urano, propondrá el uso de nombres individuales, tomados de la mitología grecolatina, para los múltiples satélites del planeta Saturno, siguiendo la estela de Kepler y Marius. Es a partir de ese momento cuando los nombres actuales comenzarán a usarse, aunque los numerales de Galileo también seguirán siendo válidos.

El contraataque de Galileo, centrado en su lucha con la jerarquía eclesiástica romana y en la imagen obsoleta del mundo que apoya, se hizo esperar, y no es hasta 1623, con la impresión de Il Saggiatore, que Galileo desató un ataque destructivo contra la reputación de Marius. Rechazó la veracidad de sus observaciones y afirmó que las órbitas de los cuatro satélites son paralelas a la eclíptica, contrariamente a sus propias observaciones y diagramas tomados años antes.

El re-análisis de las observaciones de ambos ha permitido concluir que lo probable es que Marius fuera honesto en sus datos, aunque tal vez no entendiese la importancia de su descubrimiento en 1610. Por una parte, las posiciones de los satélites publicadas por Galileo son relativas al tamaño angular de Júpiter, que nunca divulgó. Por otra, las tablas calculadas por Marius incluyen estos datos de Galileo. Dado que sus resultados de los radios  de las órbitas y de los satélites son mejores que los de Galileo, tuvo, por necesidad, que haber realizado sus propias observaciones. Así que tanto Galileo como las subsiguientes generaciones de astrónomos e historiadores fueron injustos con el papel que representó en el descubrimiento de los satélites. La ironía de toda esta aventura es que las lunas de Júpiter son lo suficiente brillantes como para ser vistas con el ojo desnudo, sin necesidad de telescopio. Ganimedes o Júpiter III según Galileo, es el más grande, más que la Luna o Mercurio , y es notablemente brillante, alcanzando magnitud 5 (por comparación, las estrellas más débiles visibles en una noche oscura tienen magnitud 6), lo que en principio permitiría su identificación sin el auxilio de un telescopio y desde la antigüedad podría haberse descubierto. Pero es Galileo Galilei quien dejó primera constancia de su existencia.

La importancia práctica de los satélites jovianos

Galileo, un hombre extremadamente práctico, era consciente del uso que se podía dar a los satélites de Júpiter: eran un perfecto reloj situado en el cielo. En 1612 dispuso ya de unas tablas que daban cuenta del movimiento de los mismos, y sabía que la periodicidad de cada uno de ellos es de unos pocos días.

Conocedor de primera mano de la necesidad de medir el tiempo de manera exacta para múltiples menesteres, y sabedor del premio Felipe III para quien hallase la manera de medir la longitud de manera precisa, se puso en contacto con la corte española ese mismo año mediante el embajador toscano, sin aparente éxito. Galileo también inició una correspondencia con el representante español en Roma y con el embajador toscano en la corte española, y llegó a escribir que estaría dispuesto a viajar a España y residir en Sevilla (recordemos que allí estaba situada la casa de la contratación) o en Lisboa (Portugal era parte de las posesiones de Felipe III) tanto tiempo como fuera necesario. Sin embargo, la dificultad de realizar mediciones desde la cubierta de un barco impidió llevar, nunca mejor dicho, el método a buen puerto.

El relevo fue retomado por la potencia hegemónica a partir de la segunda mitad del siglo XVII, Francia, liderada por el Rey Sol, Luis XIV y su ministro Jean-Baptiste Colbert. Decididos a imponer los intereses de Francia, y convencidos del rol que juega la ciencia, se fundó la Academia Real de Ciencias en 1666 y el Observatorio de París en 1671, que tenía como objetivo el resolver el problema de la longitud. Colvert invitó a un número considerable de científicos europeos, entre los que destacan Christiaan Huygens, Ole Christensen Romer y Giovanni Domenico Cassini.

La actividad de Cassini, que arribó a Francia en 1669, fue incesante. Inició el cartografiado de los dominios de Luis XIV, el primero de cualquier país, mediante la técnica de triangulación. El Rey Sol, impresionado, llegó a afirmar que, debido a la cartografía y a las nuevas medidas, perdía más terreno a manos de los astrónomos que de sus enemigos. Seguía así, como en otros casos, la estela de Carlos V con la reducción del tamaño de España por Orentius Finaeus (Oronce Finé) 138 años antes. En cualquier caso Cassini, conocedor del trabajo de Galileo, continuó los estudios delos satélites de Júpiter y publicó nuevas tablas de gran precisión en 1680.

Cassini inició una colaboración científica paneuropea para la determinación de las localizaciones de numerosas ciudades en el continente. Fruto de la misma fue la creación de un planisferio de proyección polar, en el que se localizaron estos puntos de manera precisa. El punto de referencia para las latitudes fue el ecuador, y el meridiano cero, para las longitudes, se localizó en la isla de El Hierro, que tendrá una preeminencia en la Europa continental hasta finales del siglo XIX, cuando sería derrotada por el meridiano de Greenwich en 1884.

Las campañas geodésicas con el método joviano se sucedieron: Jean Richer viajó a Cayena, en la Guayana francesa, en donde observó una oposición de Marte; Jean-Mathieu de Chazel a Egipto, y Edmund Halley a Cabo de Buena Esperanza, en la punta austral de Africa. Varias determinaciones en Tailandia (Siam), Madagascar y China fueron realizadas por misioneros jesuitas. Y estas mediciones se complementaron con otras por el antiguo método de Hiparcos con la Luna, ya que Melchisédech Thévenot realizó observaciones de un eclipse de nuestro satélite en Goa, en la India.

La observación sistemática de los satélites de Júpiter proporcionaron otro premio,, no buscado, en un caso claro de serendipia o descubrimiento casual: la determinación de la velocidad de la luz. Romer, que colaboró con Picard y Cassini en la evaluación de la longitud de Uraniborg, el viejo observatorio de Tycho Brahe en Dinamarca, sería invitado a sumarse al grupo de París, en donde permanecería hasta 1681. Tomó medidas junto con Picard, analizó los datos del satélite más próximo, Ío, y en 1676 anunció a la academia de ciencias este descubrimiento.

¿Y qué tiene que ver con Miguel de Cervantes? Sorprendentemente, bastante.

Cervantes: no solo literatura

Si Omar Jayyam, el astrónomo persa de los siglos XI y XII, también fue un reputado poeta, Cervantes, novelista y poeta, posee una faceta astronómica desconocida hasta ahora. En el relato «La Gitanilla», de las Novelas y Ejemplares aparece un romance que incluye las siguientes líneas:

Junto a la casa del Sol

va Júpiter; que no hay cosa

difícil a la privanza

fundada en prudentes obras.

Va la Luna en las mejillas

de una y otra humana diosa;

Venus casta, en la belleza

de las que este cielo forman.

Pequeñuelos Ganímedes

cruzan, van, vuelven y tornan

por el cielo tachonado

de esta esfera milagrosa.

El poema glosa las virtudes de la reina Margarita de Austria, esposa de Felipe III. La cultura científica de Cervantes es manifiesta, no solo por la descripción de los planetas y del Sol, que hasta aquel momento la mayoría de los intelectuales aceptaba que orbitaba alrededor de la Tierra, según la denominada teoría geocéntrica. Lo más significativo es que Cervantes hace referencia a los satélites de Júpiter, poco tiempo después de su descubrimiento, ya que los últimos cuatro versos tienen un significado explícito: el «cruzan, van, vuelven y tornan» deja poco espacio a la imaginación, y correspondería a una descripción bastante concisa del hecho de orbitar alrededor de Júpiter; y los dos últimos versos, «por el cinto tachonado / de esta esfera milagrosa» hacen referencia a la eclíptica, el círculo imaginario sobre el que se mueven los planetas y de manera aparente el Sol, y a la esfera celeste. Está escrito, pues, en clave astronómica y no únicamente mitológica. La datación del texto es relativamente sencilla: se publicó en 1613, con dedicatoria firmada en julio; la censura está datada el 2 de julio de 1612 y la aprobación es de siete días después. La propuesta de Kepler a Marius sobre los nombres de los satélites es bastante posterior, de octubre de 1613, según Mundus Iovialis, que apareció en 1614. Por tano, el nombre sugerido por Cervantes precede claramente a la sugerencia de los dos astrónomos germánicos.

Lo más significativo es que nos proporciona indicios de la cultura científica de Cervantes y sobre la difusión de los importantes descubrimientos de Galileo. E poema versa sobre una misa partera, aunque  no identifica a cual de los nacimientos principescos corresponde. Margarita de Austria tuvo ocho hijos entre 1601 y 1611, pero el contexto del poema pudiera identificar que se refiere al último, Alfonso de Austria, nacido y fallecido el 22 de septiembre de 1611, aunque en general se asume que se refiere al nacimiento del futuro Felipe IV, que tuvo lugar el8 de abril de 1605. De ser así, «La Gitanilla» tuvo que ser escroto entre esta fecha y junio de 1613. El propio desarrollo de la trama indica que es posterior a 1610, dado que la protagonista, Preciosa, es raptada en 1595, y tiene quince años cuandola historia se desarrolla. Y sería extraordinario que Cervantes hubiera trasladado el relato hacia su futuro. Sin embargo, es posible que la romanza anteceda o sea posterior a la propia novela y haya sido incluida en el texto antes de la impresión delmismo. En cualquier caso, recordemos que la publicación de Sidereus Nuncius fue en marzo de 1610.

Es muy improbable que Kepler o Marius tuvieran acceso a las Novelas Ejemplares de Cervantes. Es posible, aunque de demostración poco factible, que alguien que las hubiera leído le hubiera comentado a Kepler el nombre cervantino, genérico para los cuatro satélites, de pequeños Ganimedes. Pero es más que posible que el autor de El Quijote imaginase un nombre muy adecuado para la pequeña corte de seguidores del mayor planeta del Sistema Solar, basado en la mitología griega (norma cuya práctica se ha mantenido hasta tiempos recientes) y que coincidiese plenamente con Kepler. Cervantes sería, por tanto, no solo el primero en novelar en español, y de manera extraordinaria, sino que con su poesía no siempre bien valorada, habría bautizado a estos cuatro objetos que ayudaron a construir la imagen del mundo tal y como ahora lo entendemos.

Finalmente, cabe pensar que Cervantes no es el único autor español de comienzos del siglo XVII que incorpora elementos de esta revolución científica. Con una mirada crítica, ¿Cuántas referencias astronómicas se encontrarán en la literatura de la segunda parte del Siglo de Oro? De ser significativas, España, en esa época, no estaría tan aislada de los avances del conocimiento. El reto está lanzado.

Fuente: Revista Astronomía

Conclusión

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Desde mi alcoba miro el firmamento,

siento con anhelo tu dulce olor a roble,

canela y limón,

recordando las caricias del ayer;

esa pluma tuya tan amable y consagrada a lo largo de los siglos,

tus versos tan bellos y dichosos acrecientan mi pasión.

En estas estrellas nuestras o en alguna de otra galaxia te hallaré;

mientras tanto seguiré tus pasos con amor y dedicación como siempre.

Rozando la dulce locura de la sincronización universal como

la Tierra al Sol

 la Luna al Mar

la manzana a la gravedad

las partículas elementales al Bosón de Higgs

la masa a los fotones

Maestro inspirador de guionistas y actores, poetas y escritores, reporteros de guerra, periodistas y novelistas, dramaturgos…, se rinden con deleite a la seducción de tus bellos versos sin olvidar por igual  a los locos contenidos desconocidos, ayudándonos a crear una conexión de plasticidad neuronal en la zona 52.

Gracias a los transmisores inmortales universales por sus aportaciones a la humanidad en cultura y ciencia y en este caso en especial, a Miguel de Cervantes por formar parte de las partículas universales en la comunicación en la Tierra y las conexiones neuronales.

Fuente: Autora de este sitio