PEQUEÑOS PLACERES

PEQUEÑOS PLACERES
ELLA TE ACOMPAÑARÁ HASTA TU ÚLTIMO VIAJE

Te puedes sentir tan solo como Sancho Panza en la Mancha o más acompañada que Isabel Preysler en su salón de té, -en una u otra situación te puede atrapar  -No, ni Miguel Boyer ni Cervantes-

—Su llegada es inevitable; se apresura sin pedir permiso alguno. Ella es egoísta, elegante e impecable, unas veces efímera y otras eterna, a su vez ponderada, con olor a roble, canela y miel, sonrisa desdibujada, -su color depende de la lente con la que la observes-

—Sin perder un solo instante, te acaricia con esmero al son de tu cuerpo; con una bella pluma en una mano y en la otra una gran espada de plata y esmeraldas envenenadas,  para arrancar a su paso cada sentimiento derogado hallado en tu interior,  sin permiso ni piedad, su llegada hasta el corazón se hace vital para poder resurgir al mago que dejaste durmiente sin consciencia ni justicia alguna.

— Ella le canta al mago la mejor de tus canciones suavemente y, con su voz aterciopelada en mitad de una noche estrellada y luna llena  para que vuelva a florecer antes del amanecer.

—Ella y él se dan la mano y bailan a su antojo, caprichosos como siempre, aunque esta vez con matices diferentes… , se acompañan de estrellas fugaces que iluminan el camino hasta llegar al destino fijado, van despacito y a su vez, regalándote pequeños placeres.

—Llegan hasta el gran puente, de repente miles de flores de todos los colores brotan sin cesar, en cada pétalo una palabra contiene.

—Se disponen a componer una larga y bella liana con colores de la Aurora Boreal abriéndose paso a través de las bellas aves que revolotean a su paso fascinadas al ver tal belleza insólita y radiante.

—Ojo avizor, pues ya está aquí porque tú estás solo bajo el puente y, tú esperanza e ilusión por vivir la han traído hasta ti para ofrecerte que te aferres a la vida desde otro nivel o retirarte de la partida de ajedrez que es la vida. Solo tú decides.

—Con firmeza y cientos de preguntas coges la liana para subir hasta el puente donde ella y él, fieles como siempre están a tu lado, pero no por casualidad; sino por un alto precio que decidiste pagar o perder miles de monedas de oro por ser siempre libre.

—Paso a paso avanzas en el puente con gran curiosidad y entusiasmo al ver las letras  de los pétalos al alcance de tus manos, lo que te lleva a bordar cada letra como el mejor de los sastres, con hilos de polvo de estrellas bordas cada uno de ellos formando a cada paso versos, esos que acarician el oído, alimentan la mente y ensalzan el alma hasta el universo, permitiendo vivir entre la magia y la cruel realidad cada día un poco más amable.

—Ella es la soledad y él, el mago que tienes en tu interior.