EL HOTEL DEL PÁNICO EN BARCELONA

Hotel del Vallès
Barcelona: EL HOTEL DEL PÁNICO

Hace décadas que estaba abandonado, pero entre sus paredes palpita el misterio en estado puro. Bautizado por aquellos que osan adentrarse en su interior y realizar todo tipo de prácticas como «El Hotel del pánico», lo visitamos…

La historia de este emblemático edificio que en su día albergó a la más exquisita clientela, es una muestra clara de cómo es ser humano en poco tiempo un sueño fruto de toda una vida. Un lugar que no pasa inadvertido, pues  aquellos conductores que circulan por la C-17 dirección Vic (Barcelona), suelen disminuir la velocidad para contemplar las ruinas del «Hotel del Pánico», nombre con el que fue rebautizado por aquellos que osaron  adentrarse y explorar su interior, conocer su sombra historia intentar desenterrar todos sus secretos.
Corría el año 1966 constructor Matías Barres elaboro unos planos para levantar un motel en la zona. Finalmente se decidió por reconvertido en hotel, pues habría quedado mucho potencial y espacio desaprovechado. El 23 de junio de 1969 fue la fecha de la inauguración y ese día asistieron políticos y grandes personalidades de la comarca.
A principios de la década de los 70 se decide ampliar las instalaciones, pasando por las mismas grandes personalidades del deporte. Sin embargo, a finales de los 80 una nube negra se cernió sobre los propietarios. Los Barrés, pese a ser los dueños del hotel, no eran los encargados de gestionarlo, sino una familia de su total confianza. Al menos hasta que los Barrés descubrieron que esto se escondían parte de los beneficios para su disfrute. El negocio obviamente se vio afectado por este altercado. Fue de mal en peor y 24 años después recinto cerró sus puertas para siempre. Un año más tarde, la policía desalojó a un grupo de okupas.

El origen de la maldición

En 1999 el director catalán Jaume Balagueró estremecía al público con una brillante ópera prima, Los Sin Nombre, un film  de terror donde un grupo estérico que adora realiza todo tipo de sacrificios humanos. El lugar escogido para una de las tomas más relevantes de la película fue precisamente el Hotel del Vallès, que por aquel entonces conservaba intacto tanto la fachada como el interior. Se dice que, aparte de una limpieza a fondo, pocas reformas hubo que hacer. Era un escenario» virgen». Cuando la película se estrenó, el lugar comenzó a ser visitado por distintos grupos. Fue a partir de ese momento cuando empezaron los destrozos y los estremecedores testigos de lo paranormal, quién- es aseguraron qué Balagueró había despertado algo en el inmueble. El mayor acto vandálico se produjo un año más tarde, cuando unos chavales destrozaron sin piedad las cristaleras, varios incendios en su interior. En poco tiempo, el hotel estaba irreconocible.
Pero vayamos por un momento a uno de los aspectos más apasionantes relacionados con el el edificio, el citado rodaje de Los Sin Nombre, lo que vino después de el. El largometraje es una adaptación de la novela de Rampsey Campbell  La Selecta sin Nombre, una obra perturbadora, llena de espacios grises y tenebrosos, que Balagueró traslada de Londres a varias localizaciones catalanas, algunas tan siniestras como el hotel es que protagoniza estas líneas o también conocido como Hospital del Tórax, en Tarrasa.
La protagonista de la novela es Bárbara Waugh, una editora dueña de una agencia literaria que hace años que ha perdido a su hija, misteriosamente desaparecida ya la que las autoridades dieron por muerta tras encontrar su supuesto cadáver con un brutal disparo en la cabeza. Un día, Barbara – Claudia en la película, interpretada por Emma Vilarasau- recibe una misteriosa llamada: es de Ángela, su hija… o al menos alguien que se hace pasar por ella, y que afirma estar en peligro a manos de» los otros».
A partir de ese momento, se desencadenará toda una espiral de locura, muerte y violencia que desembocará en un final tan chocante con inesperado. En la historia se dan la mano la sociedad secretas, el satanismo, la culpa y el lado más siniestro del ser humano. Un ambiente de decadencia que precipita la tragedia y que es descrito por Campbell con maestría: pájaros muertos devorados por gusanos, extrañas sombras nocturnas, sectas con una capacidad de manipulación insospechada… no es raro que tal historia tétrica haya llevado a no pocos grupos de» buscadores», o de incautos, según se mire, hasta el abandonado Hotel del Vallès en busca de emociones fuertes.
Cuentan las malas lenguas que parte del equipo de rodaje realizó prácticas de satanismo fuera de las cámaras…
Lo que sí parece seguro es que el realizador, muy concienzudo en su trabajo, llegó a consultar a esoteristas para dar forma al guión, ya que la protagonista irá en busca de su hija ayudada de un ex policía atormentado y un fotógrafo que trabaja en una revista especializada en ocultismo, descubriendo toda una serie de elementos desconcertantes relacionados con lo inexplicado. La sexta sin nombre que da título a la novela original de Campell el elemento más cautivador de la historia: sus miembros eran conocidos por realizar cultos satánicos y sus prácticas, según el sacerdote al que consultan los protagonistas, pasarían por la mutilación, la tortura y la práctica del horror como camino de la purificación. Sería algo así como la síntesis del mal absoluto. Nosotros, los que no tienen nombre… escalofriante.
No es de extrañar que uno de los lugares que sirvió como escenario urbano de Los Sin Nombre, se haya convertido en reclamo de aquellos que buscan experiencias fuertes. Y eso que no es muy aconsejable hacer que se hasta allí. Al margen de las extrañas sensaciones que vivimos el propia carne y los sucesos sin aparente explicación, pues en el recinto vive un sin techo que ha montado casi una fortaleza, incluso con trampas y falsos suelos para recibir a los» intrusos» a lo grande.
Por parte del alcalde los llevo también otra información: a menudo se ven coches de muy alta gama en el descampado del hotel y no se sabe cuál es la razón,  ¿narcotráfico?  No debemos olvidar que algunos de los que formaban parte de la secta sin nombre eran personajes de alto poder adquisitivo…¿ casualidad? Quién sabe, dónde, algo, de alguien en cualquier lugar…

Investigación IN  SITU

Hoy, las barandillas de los balcones han sido arrancadas, los cristales ya ser esparcidos por los suelos y las paredes llenas de pintadas poco decorativas, entra algún que otro graffiti algo más espectacular, como uno que representa a Jack Nicholson y su mirada alucinada en El Resplandor…
En 2001, la policía a realizó una increíble redada que se saldó con decenas de detenidos, tras hallarse plantaciones de marihuana. Desde entonces, el sitio fue frecuentado por prostitutas y drogadictos. Unos años después de la detención de los okupas, las autoridades hallaron el cuerpo de un drogadicto en el interior de una caseta. Se dictaminó que la causa de la muerte había sido por sobredosis de heroína, aunque hay fuentes, que prefieren permanecer en el anonimato, que me que me han asegurado que el cuerpo mostraba claros indicios de una violencia extrema. A raíz de este suceso, las prostitutas huyeron del lugar. Años más tarde empezaron a llegar los investigadores de lo paranormal.
El día que Patricia y yo visitamos el rebautizado como Panic Hotel era una noche de verano y habíamos leído en varios foros las vivencias de algunos testigos que aseguraron haber pasado auténtico terror en su interior. No cabe duda de que dichos testimonios acrecientan las ganas de adentrarse indagar, así que nos fuimos hasta allí. Ya en el sitio, no pudimos evitar tragar saliva al observar la imponente silueta del edificio, oculta bajo el manto sombrío que le otorgaba la noche. Tuvimos una extraña sensación que nunca antes habíamos experimentado y que apenas acertamos a describir. Solo fue desagradable. El edificio más da un agujero que claramente conduce hasta el interior atrás titubear durante unos instantes, Patricia y yo lo cruzamos. Lo primero que vimos fue la recepción, apenas reconocible. No quedaba ningún mueble, a excepción de un par de sillas rotas: todo el hotel presentaba el mismo aspecto. Al final de un pasillo vimos como alguien había colgado la cabeza de muñeco con un alambre de techo. Inquietante, aunque no le dimos importancia. Después, recorrimos las estancias sin presencia nada extraño, eso sí, la sensación desagradable permanecía latente. Finalmente, decidimos salir al exterior, no sin antes observar que un en una de las hadas había una gran cantidad de velas gastadas y pintar tendón satánica, lo que parecía confirmarlo relatos sobre los rituales oscuros en su interior. Quizá solo eran gamberradas de chiquillos.
Ya en el coche, dinos algo raro. Frente a donde habíamos aparcado había un total de 56 matorrales y un par de árboles. De repente, unos ruidos extraños nos hicieron saltar todas nuestras alarmas. Había algo que estaba moviendo la vegetación. Lo primero que pensamos, claro, es que se trataba de un animal, pero no parecía posible, porque tanto puede moverse uno de los arbustos, como cesar y pasar a moverse una de las copas de los árboles. ¿Qué animal puede volverse a esa velocidad?
después, nos sobresaltamos cuando vivimos todavía algo, alguien frente a nosotros: era una silueta extraña que permanecía inmóvil a escasos 8 metros. No sabíamos de qué se trataba, pero el vídeo fue un aumento cuando comprobamos que el coche no arrancaba. Iremos nuevamente al frente de siluetas había esfumado. Sobre entonces por fin el vehículo arranca. Cogemos por un túnel que lleva al otro lado de la carretera, es de donde aún puede observarse el chico difícil, eso sí desde un lugar aparentemente más seguro. Dijo aparentemente porque cuando estábamos apoyados en el capó, bien vimos como una furgoneta se adentraba en la zona de estacionamiento de gramos estado nosotros, luego, se metió por el mismo túnel por donde habíamos cruzado. Preocupación. Decidí ponerme a las quemaduras en el túnel y hacer  señas para que  viese  que estábamos. A pesar de ello, cuando el conductor me vio, intento deslumbraron el activando las luces de largo alcance. Se dirigió hacia mí con lo que parecían ser intención de atropellarme y acto seguido, haciendo un peligroso de rape, y yo a gran velocidad. Se puede ser por la parte delantera del vehículo rozarme las piernas. ¿ acaso no querían que estuviésemos allí? La cara de Patricia la de estupefacción. Ya más relajados, decidimos iniciar el camino de vuelta sin comentar lo sucedido. Había sido una noche extraña, vamos pasamos miedo y no me avergüenza reconocerlo. Un tiempo después contacte con Sergio R. Vaqué, miembro del grupo College, el cual me comentó que está realizar una visita al hotel, todo estuviera la misma sensación extraña. Un lugar aterrador del de lo conocido y lo desconocido juegan codo con codo con el visitante.

Fuente: Revista enigmas

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