
El futuro de la misión Exomars de la ESA
Tesón contra el gafe del planeta rojo
Y es que, no han conseguido éxito alguno hasta el momento; la mitad de las misiones que se han enviado a nuestro mundo vecino han fracasado sigue golpeando a las agencias espaciales. El proyecto ExoMars de la ESA, desarrollado en colaboración con su homóloga rusa, sufrió un revés el pasado octubre cuando el módulo de aterrizaje Schiaparelli se estrelló contra el planeta rojo. Precisamente, uno de sus objetivos era probarlas tecnologías de entrada en la atmósfera y descenso para la segunda parte de la misión, que en 2020 pretende poner sobre la superficie un róver.
Información clave.
Según parece, un error en el software ISOC el aparato creyera estar más cerca del suelo de lo que estaba en realidad, y los propulsores que debían frenarlo se apagaron antes de tiempo.
Esta es la segunda vez que la ESA trata de posar un ingenio en Marte sin éxito. En 2003, el Beagle 2 correo idéntica suerte que el Schiaparelli. Con todo, la iniciativa ExoMars ha sido bendecida por los responsables de la ESA. Por una parte, porque el otro y mi genio que forma parte de la misma, la sonda Trace Gas Orbiter, se ha situado correctamente alrededor del planeta, cuya atmósfera comenzar a estudiar en 2017. Por otra, porque los datos enviados por el Schiaparelli permitirán afinar la segunda parte de la misión.