Distinguidos Sres. dirigentes:
Me dirijo a Uds. en relación a los últimos acontecimientos acaecidos en los cuales su formación a tenido parte activa.
En primer lugar me gustaría reseñar sobre el reciente cese de su candidato electoral. Sin entrar en consideraciones sobre su valía o conveniencia política, el hecho de que fuera una opción elegida por sus militantes ya debiera ser suficiente como para respetar su puesto. Sin embargo, Uds. encontraron la manera de cesarlo «burocráticamente». Amén de que su firme negativa a permitir un gobierno de su rival político obedecía a la decisión de Uds. mismos, su comité federal (que fue quien tomó la decisión de oponerse), chirría sobremanera el hecho de que un partido como el suyo vulnere la decisión democrática tomada por sus bases a través de fórmulas ejecutivas, truco que precisamente su rival político utiliza constantemente y del cual estamos hastiados la gran mayoría de ciudadanos.
En siguiente lugar, lo que Uds. ya saben, que hayan validado una nueva legislatura de un partido ineficaz y corrupto.
Verán, actualmente se está gestando un rechazo social hacia el sistema capitalista, el cual se está produciendo en diversos países, y ante el que los dirigentes que no lo comprenden tildan de populismo, nomenclatura que parece ser sinónimo del averno…
El populismo nace ante la desigualdad del actual sistema social y económico, y sin entrar en extensas deliberaciones, subraya el desacuerdo de la población a continuar en posición servil y manipulable por las clases dirigentes. Uds. como mínimo, deberían haber detectado este descontento y cuestionarse a quién representan. Si realmente son un partido socialista, su lugar está junto al nuestro. Y aquí es donde creo que no son conscientes de lo sucedido.
Al considerar que el bien común, que el menor de los males, era permitir y con ello avalar a un partido corrupto y que fomenta la desigualdad social por ende, nos han dejado de lado. Esta acción nos arroja de nuevo a los pies de los que nos han sometido, desahuciado, empobrecido, y convertido en meros servidores ante un sistema que parece estar por encima de la gente. Uds., que hace unos años abandonaron el Marxismo, hoy abandonan también el socialismo. Comprendo que el precio a pagar que suponían era su propio debilitamiento político, pero temo que no tuvieron en cuenta la ganancia y el mensaje que podrían habernos enviado si pese a todo, hubieran mantenido la firmeza de la negativa a esa concesión. El mensaje que esperábamos, era que por encima de la gente, de nosotros, no está ningún sistema, que el menor de los males no es ni será nunca permitir la continuación de la corrupción, y que podíamos contar con Uds., a pesar del precio a pagar.
El mensaje recibido, por contra, es que por encima de un sistema desigual e injusto, no estamos ni estaremos nunca nosotros. Es mejor que el sistema perdure a pesar de que el precio a pagar sea nuestra calidad de vida, nuestro servilismo, nuestras opciones de mejorar en definitiva.
Nos han comunicado que ya ha sucedido lo inevitable. Cuando una organización crece lo suficiente, de alguna manera toma conciencia de sí misma y su principal objetivo pasa a ser su propia supervivencia. Así son a la larga los sistemas sociales injustos.Comunismo, capitalismo, y ahora por fin, el PSOE, necesita para sobrevivir ya no a la gente, sino un hábitat como el susodicho sistema capitalista. Por lo tanto, como cualquier «ser vivo», lucha por mantener su ecosistema, incluso si el precio son las vidas de la gente que un día lo gestó.
Supongo que para estar en consonancia con su nueva situación podrían pasar a denominarse Partido del Sistema Oligárquico Español, y así mantener algún recuerdo pasado pudiendo mantener las siglas que antaño fundaron otro tipo de sueños.
Para saber lo que están viviendo en la actualidad los militantes del PSOE véase la reciente información
Sin nada más que añadir, me despido de Uds.
Atentamente, un ciudadano llamado Francisco Javier Martínez Navio.
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