
Aunque la inflamación asociada a la alimentación excesiva afecta a numerosos órganos, la respuesta más fuerte se ha observado en el hígado, probablemente en parte porque este órgano absorbe gran cantidad de ácidos grasos. Además, el hígado sano contiene muchas células inmunitarias que están listas para ser activadas y que pueden causar daños hepáticos incluso tras una leve estimulación. En conjunto, estos procesos pueden hacer que el órgano se hinche y se inflamen, y ello provoca lo que los médicos denominan esteatosis hepática, o hígado graso. Aunque el mal es reversible, a menudo sus signos se confunden con los observados en el hígado de personas alcohólicas. (Por razones que no se acaban de entender, a veces la esteatosis hepática deriva en cirrosis, la cual puede resultar mortal.)
— Las diferencias entre enfermedades se deben al tipo de señal iniciadora, así como al lugar donde se activa el inflamasoma y su duración
A ese hallazgo, ya bastante inquietante por sí solo, hay que añadirle el hecho de que, hoy en día, hasta una tercera parte de los niños obesos parecen esteatosis hepática. Ello aumenta la posibilidad de que, al menos algunos de ellos, acaben sufriendo cirrosis al inicio de la etapa adulta. De este modo, un gran número de preadolescentes podría padecer hepatopatía alcohólica, con la diferencia de que, en este caso, el factor causante no sería el alcohol sino un exceso de calorías. Sí, tal y como indican los estudios con animales, el inflamasoma NLRP3 interviene en la inflamación relacionada con la alimentación, cabría esperar entonces que un tratamiento que impidiera la construcción del inflamasoma limitaría la inflamación y las lesiones hepáticas en personas obesas o con sobrepeso. En defensa de esta idea, se ha demostrado que los ratones obesos carentes de los componentes del inflamasoma presentan un hígado más sano, aunque son más propensos a la infección.
Dado que la sobrealimentación puede causar inflamación, el equipo del científico de la Universidad Yale decidió abordar la cuestión contraria: ¿ puede la desnutrición generar metabolismo que reduzcan la activación del inflamasoma? Los efectos antiinflamatorios del ayuno y del ejercicio físico son bien conocidos, de modo investigamos.
De modo que investigamos dos moléculas cuya concentración aumenta en todo el organismo durante tales estados: el beta-hidroxibutirato y el ácido láctico. Descubrimos que cada una de ellas interacciona con un tipo de receptor distinto de los macrófagos; de forma conjunta, estas interacciones inician una serie de reacciones bioquímicas en el interior de las células que, en última instancia, desactiva los genes responsables de la formación de inflamasoma. Nuestro próximo reto consiste en hallar la forma de aprovechar estas rutas paliativas para que anulen la inflamación en diversas enfermedades.
Fuente:
El investigador científico Wajahat Z. Mechal.
La maquinaria celular de la Inflamación, véase el primer artículo de esta investigación científica
Bajar peso ganando salud; encontraréis en el primer artículo de este blog el modo correcto de una alimentación inteligente, siendo esta el modo en el cual se ha de alimentar desde los 3 años de edad hasta llegar a la tercera edad. Es como nos alimentamos en mi hogar. La dieta es realizada por mi y supervisada por numerosos endocrinos. Es evidente que he avanzado en alimentación inteligente tras numerosas investigaciones y estudios clínicos personalmente y aprobado por diferentes laboratorios en Cataluña. No es adecuado que divulge el avance puesto que no recibo petición alguna y, por tanto, interés por parte de los lectores para cuidar y mejorar la salud y bienestar.
Ya me gustaría ser tu alumno para toda la vida!
Tienes pinta de ser una muy buena maestra!
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